A veces las cosas no están destinadas a ser. Lo sé, cada vez que escucho «no está destinado a ser» mis ojos se ponen en blanco.

Nos tenemos. Individuos totalmente únicos encontrando nuestros propios caminos. Cuando algo “no está destinado a ser”, hay una divergencia entre nuestras expectativas y las de los demás. No controlamos a los demás.

Ni sus pensamientos, comportamientos o emociones, aunque nos estén diciendo lo contrario. Emocional y mentalmente, soltar el control es más difícil de lo que pensamos.

Aferrarse al control hace que nuestro corazón se canse. Puede que no seamos infelices, pero tampoco estamos contentos. Somos ambiciosos con nosotros mismos, pero también retenidos por nuestros miedos más profundos.

Somos almas viejas en busca de un lugar que se sienta como en casa, mental, física y espiritualmente. Aferrarse al control no pertenece allí.

Nuestros corazones pueden haber llevado demasiado, perdido demasiado, y lentamente estos agujeros toman forma. Soñamos con despertar nuestras memorias colectivas, reconocer nuestra vieja alma y encontrar fácilmente nuestro camino.

Sentirse sin dirección, confundido y asustado porque nuestras almas no están en el camino que creíamos que sería es difícil de reconciliar en nuestro mundo físico.

Este viejo corazón todavía es fuerte después de enfrentarse a la oscuridad, jugando pequeño cuando se supone que debemos jugar a lo grande, molesto por las injusticias que nos arrojan, las interacciones tóxicas y las heridas por el tiempo.

Este viejo corazón está lleno de agujeros no porque no hayamos sido valientes o vulnerables, aventureros u honorables, sino porque lo hemos sido. Es posible que hayamos experimentado un dolor que se siente como si nuestros corazones y mentes se reconfiguraran en torno a nuestro trauma.

Es posible que este viejo corazón no aprenda la primera vez, puede que luche con los disfrazados porque anhela la verdad. Puede que no aprenda la segunda vez porque está excusando la falta de respeto y la pérdida de responsabilidad.

Desea compasión y crecimiento. Para ser amado como ha amado. Al final, este viejo corazón reclama una lección que pocos hacen. Puede que seamos demasiado mansos para vivir entre lobos, pero no abandonaremos nuestra misión.

Este viejo corazón a veces puede soñar con alejarse de nuestras vidas, reinventarse o correr hacia algo que no deberíamos. Si siempre estamos persiguiendo a alguien que no quiere ser atrapado, incluyéndonos a nosotros mismos, estamos permitiendo que este viejo corazón esté plagado de agujeros.

Porque hemos perdido el amor. Porque se ha aceptado que el amor viene con condiciones. Si me das esto, te daré amor. Si haces esto, mi corazón conocerá el tuyo. Pero el amor verdadero , el amor que reconocemos profundamente en nuestros viejos corazones antes de que lo hagan nuestras mentes, viene sin condiciones.

Porque este viejo corazón sabe que merece respeto, amabilidad y ser parte de un propósito más grande que la vida. Varias vidas chocan aquí para dejar atrás la distracción de automedicarse, buscar validación y adherirse a las normas sociales.

Cambia la historia. Rompe el patrón. Toma ese viejo corazón lleno de agujeros y úsalo como una insignia de honor. No intente reparar los agujeros. Se necesita tiempo y paciencia para aprender a dejar ir. Los corazones fuertes vienen con agujeros porque nuestras almas se mueren por decirnos algo.