Todos enfrentamos momentos en nuestras vidas que nos dejan cuestionando por qué ciertas cosas nos sucedieron o no.

Algunas de estas situaciones inevitablemente nos dejarán sin comprensión ni cierre. Encontrarás barreras en tu camino, obstáculos en tu viaje y tentaciones en cada esquina.

Es posible que a veces te enfrentes a la oscuridad que parece que se ha tragado hasta la última gota de luz. Puede llegar al punto en que sienta que nada más puede salir mal, así que tal vez finalmente todo termine.

La lucha, sin embargo, no termina solo porque tú quieras… tiene su propia línea de tiempo. Pero tenga la seguridad de que no importa lo que la vida le depare, puede manejarlo.

Puedes manejar el dolor. El dolor, aunque a veces parece que nunca se detendrá, eventualmente desaparecerá.

El dolor físico por enfermedad, lesión o cualquier daño no durará para siempre. Las cicatrices, ya sean físicas o emocionales, nunca desaparecerán, pero pueden sanar.

Estarán allí para siempre para recordarte lo fuerte que fuiste para superar ese dolor. Cuán fuerte fuiste al hacer todo lo que necesitabas hacer para curarte.

Las cicatrices son tus heridas de batalla… cuentan una historia de tu fuerza y ​​valentía. Puedes manejar el dolor, la traición y la angustia.

Usarás ese dolor como lecciones para seguir adelante, aprendiendo más sobre las personas y los asuntos del corazón.

El dolor te enseñará que nunca hay garantías en el amor, solo lo que dos personas ponen en él. También te enseñará que al curarte del dolor de corazón, con suerte te permitirás amar de nuevo algún día.

No solo puedes manejar la lucha, los obstáculos y las barreras, sino que también puedes superarlos. Todo lo que puede parecer insuperable se puede superar con tiempo, paciencia y persistencia.

Solo recuerda que la forma en que eliges manejar estas luchas es vital en tu viaje para encontrarte a ti mismo.

Comprender el simple hecho de que todos luchamos, pero cómo lo superamos es lo que nos hace quienes somos.

Así que inhala… exhala. Encuentra algo de paz al saber que cada carga que estás experimentando es solo temporal.

Si bien puede parecer que nunca termina, que se vuelve demasiado pesado para cargar, recuerda que esto también pasará.
Nuestras vidas pueden ser mejores cuando entendemos que la realidad básica es que no hay mucho bajo nuestro control.

No podemos controlar muchas cosas que nos suceden, desde la angustia hasta la enfermedad y la muerte de seres queridos. Lo único que podemos controlar es cómo elegimos avanzar y salir de esas situaciones.