Tu sabes la verdad. En el fondo de tu alma, siempre lo has sabido. Está allí en los pequeños momentos de pausa que dejas de lado, negándote a confiar plenamente en ti mismo.

Está en los anhelos que sientes en el fondo de tu vientre pero que temes perseguir.

Saltar de un acantilado a lo desconocido no es fácil, pero nada que valga la pena lo es.

La cosa es que no es un territorio desconocido, en realidad no. Tu alma ha sabido qué hacer todo el tiempo.

El trabajo consiste en aprender a confiar en la voz interior. Se trata de averiguar qué necesita tu esencia en lugar de dejar que tu cerebro y tus miedos te paralicen.

Comienza poco a poco y encuentra fuerza y ​​aliento en la alegría que le brinda seguir el camino que debe recorrer.

El viaje hacia tu ser más honesto te impulsará a mayores alturas de las que jamás imaginaste. No siempre será fácil o incluso intuitivo.

Es fácil distraerse o retrasarse en el camino. Encontrar la felicidad y el propósito que anhela tu alma requiere vigilancia, trabajo duro y dedicación.

Depende de ti tomar tiempo para escuchar tu funcionamiento interno.

Conócete a ti mismo tan íntimamente que no tengas dudas sobre tu siguiente mejor paso.

La vida solo es constante en la forma en que constantemente cambia .

Todo es cíclico y nada durará para siempre, sea bueno o malo. Si tu obstinado compromiso con algo estático te está frenando, respira y déjate llevar. Sabes en tu corazón cuando tienes que seguir adelante y seguir adelante.

Las situaciones cambian. Las relaciones cambian. Tú cambias. Presta atención a lo que necesitas en el momento. Es muy posible que sea diferente de lo que necesitaba no hace tanto tiempo.

Esta bien, tu alma te ayudará a definir hacia dónde debes evolucionar si cultivas las habilidades del delicado discernimiento y la comprensión de ti mismo.

Aprende a escuchar lo que te dice tu alma. Te salvará y te impulsará en la dirección que tu verdadero yo anhela. Cierra el ruido, sintonízate contigo mismo y sigue adelante. Deja que tu intuición sea tu guía.

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