Un recordatorio para seguir avanzando
Por: Paulina Pesqueira
Te mudaste del lugar al que has llamado hogar durante algún tiempo. Esta fase de tu vida ya no te sirve. Quieres más para ti. Así que cerraste esa puerta.
Has crecido, has visto cosas nuevas y has aprendido. Has comenzado a explorar el nuevo camino en el que te encuentras.
Estás aprendiendo cosas sobre ti mismo que nunca antes habías sabido. Pero, ahora, te sientes inquieto otra vez. Esta nueva e incómoda fase de la vida te hace dudar sobre volver a ese antiguo hogar.
Te cuestionas si deberías abrir esa puerta, solo una vez más, ¿pero por qué? ¿Para abrir la puerta de un lugar que ya has visto? ¿Algo que ya sabías? ¿Por qué cuando hay tanto por delante? ¿Por qué cuando el camino que tienes por delante es desconocido? ¿Es el miedo a lo desconocido lo que te hace cuestionarlo? ¿Es que si te das la vuelta, todo te resultará familiar? ¿O porque caminar por la calle que ya conoces te hace sentir como en casa? Se siente seguro.
Volver a abrir la puerta que ya conoce es reconfortante porque ya sabe qué esperar. Mira, esa es la cosa. Tú sabes qué esperar. Has vivido en esa casa antes. Te mudaste por una razón. Cerraste la puerta y comenzaste a caminar.
Así que sigue caminando por esa ruta desconocida. Sigue moviéndote, sigue abriendo nuevas puertas y sorpréndete con lo que encontrarás. Incluso, cuando da miedo porque no sabes qué esperar. Sigue abriendo puertas porque cuanto más caminas por la calle, más brillante está.
Cuanto más bonitas son las flores, más fresco huele el aire. No te des la vuelta. No te hagas más trabajo dándote la vuelta para ir por el camino que ya has dejado atrás.
El camino por delante está listo. Y está esperando.