Lo que parecía un temor infantil resultó ser una espeluznante realidad en una casa de Great Bend, Kansas. Un niño aseguraba que había un "monstruo" bajo su cama, pero cuando su niñera intentó demostrarle que solo era su imaginación, se llevó la peor sorpresa de su vida: un hombre de verdad estaba escondido allí.

Un descubrimiento aterrador

El insólito incidente ocurrió cuando la niñera de los menores de la casa intentaba acostarlos. Uno de los pequeños insistió en que había algo bajo su cama, por lo que la mujer, intentando calmarlo, revisó el espacio. Para su horror, se encontró cara a cara con un hombre oculto

De inmediato se produjo un altercado entre la niñera y el intruso. En la lucha, uno de los niños fue derribado y el sospechoso logró huir de la escena antes de que llegara la policía. La oficina del sheriff del condado de Barton confirmó los detalles del caso en un comunicado oficial.

El "monstruo" tenía nombre y antecedentes

Las autoridades identificaron al intruso como Martin Villalobos Junior, de 27 años, un exresidente de la vivienda. Sin embargo, su presencia en la casa no era casual: sobre él pesaba una orden de protección por abuso, la cual le prohibía acercarse al domicilio.

Los agentes policiales registraron el área en busca de Villalobos esa misma noche, pero no lograron localizarlo. No fue sino hasta la mañana siguiente, cuando los oficiales lo divisaron en el bloque 2000 de Patton Road. Al notar la presencia policial, intentó huir a pie, pero fue capturado tras una breve persecución.

Los cargos y su futuro legal

Martin Villalobos Junior enfrenta una serie de graves acusaciones que incluyen:

• Secuestro agravado
• Robo con agravantes
• Agresión agravada
• Peligro infantil
• Obstrucción grave de un oficial de la ley
• Violación de una orden de protección

El sospechoso se encuentra detenido en la cárcel del condado de Barton, y se le impuso una fianza de 500.000 dólares para poder recuperar su libertad.

Un final agridulce

Afortunadamente, ni la niñera ni los menores sufrieron heridas de gravedad, pero el susto que vivieron quedó marcado en sus vidas. Este incidente sirve como recordatorio de que, a veces, los miedos infantiles pueden ser mucho más reales de lo que los adultos creen. En este caso, el "monstruo" bajo la cama no era imaginario, sino un peligroso criminal con un historial preocupante.

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