El origen de Cupido en San Valentín
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A pocos días del 14 de febrero, te compartimos la historia poco conocida del símbolo de San Valentín.
En la mitología romana, Cupido es el dios del amor y representa la versión romana de Eros, su equivalente en la mitología griega.
Este personaje es descrito como un niño alado que lleva un arco y flechas mágicas, capaces de hacer que cualquiera se enamore al ser alcanzado.
Cupido es hijo de Venus, diosa del amor y la belleza, y de Marte, dios de la guerra, lo que lo convierte en una combinación única.
El símbolo de San Valentín, representado por Cupido, surge de una fusión de tradiciones paganas, creencias cristianas y expresiones artísticas que evolucionaron con el tiempo.
En la Antigua Roma, se realizaban las Lupercales, festividad en honor a Luperco, dios de la fertilidad, donde se practicaban rituales para promover la fecundidad y el amor.
Estos festejos incluían sacrificios de animales y golpear a las mujeres con tiras de piel, creyendo que esto aumentaría su fertilidad y posibilidades de concebir.
Con el tiempo, la Iglesia transformó estas celebraciones en el Día de San Valentín, en honor a un sacerdote que casaba parejas en secreto, desafiando una prohibición imperial.
El emperador Claudio II prohibió los matrimonios, convencido de que los soldados solteros eran más eficientes, pero San Valentín desafió la norma y fue martirizado el 14 de febrero.
Desde entonces, esta fecha se convirtió en una jornada para recordar su valentía y celebrar el amor con diversas manifestaciones de afecto.
A lo largo de los siglos, Cupido fue adoptado como el emblema del amor romántico, adquiriendo una imagen tierna y angelical que se mantiene hasta hoy.
Durante el Renacimiento, artistas como Botticelli ayudaron a consolidar su representación como un niño alado, travieso y encantador, reforzando su asociación con el amor inocente.
Actualmente, su imagen es inseparable del Día de San Valentín, apareciendo en tarjetas, decoraciones y obsequios que simbolizan el poder del amor en la cultura popular.
A pesar de su evolución, Cupido sigue encarnando el flechazo instantáneo y la magia del enamoramiento, siendo un ícono universal de los sentimientos más profundos.
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