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Influencer vive una pesadilla al hallar a un hombre escondido bajo la cama en su habitación de hotel

02/05/2025 - Hace 13 horas en México

Influencer vive una pesadilla al hallar a un hombre escondido bajo la cama en su habitación de hotel

Tendencias | 02/05/2025 - Hace 13 horas
Influencer vive una pesadilla al hallar a un hombre escondido bajo la cama en su habitación de hotel

Lo que debía ser una aventura inolvidable en tierras niponas se transformó en una auténtica película de horror para Natali Khomenko, una influencer ucraniana que jamás imaginó que el mayor susto de su vida no lo viviría en las calles, ni en trenes desconocidos, sino justo en el lugar donde se sentía más segura: su habitación de hotel.

La joven, conocida por documentar sus viajes en redes sociales, vivió uno de los momentos más angustiantes y perturbadores que se han viralizado en los últimos días. Todo comenzó la noche del 30 de marzo, cuando, tras una jornada de turismo por Japón, regresó al hotel donde se hospedaba, lista para descansar.

Ya en su habitación, se quitó la ropa, se tumbó sobre la cama y comenzó a relajarse. Pero en cuestión de minutos, un detalle rompió la aparente tranquilidad: un olor extraño, denso y desagradable comenzó a invadir el ambiente.

Al principio, Natali pensó que podía tratarse de su cabello mojado o de las sábanas sucias, pero nada encajaba. El hedor era más fuerte, más profundo… y parecía venir de debajo de la cama.

En un intento de quitarse el miedo con humor, bromeó consigo misma: “¿Y si hay un cadáver ahí abajo?”. Pero al agacharse para comprobar, el chiste se desvaneció por completo: dos ojos la miraban desde la oscuridad.

Me congelé. Mi corazón se detuvo por un segundo. Pensé que estaba alucinando”, relató más tarde entre lágrimas.

La figura que se escondía debajo de su cama era un hombre desconocido, que no pronunció una sola palabra, pero cuya presencia lo decía todo. Estaba allí, mirándola, oculto como un depredador, esperando el momento perfecto.

Cuando Natali intentó moverse, descubrió que el intruso bloqueaba la única salida de la habitación. El pánico se apoderó de ella. En estado de shock, logró saltar hacia la esquina opuesta del cuarto, mientras gritaba desesperadamente por ayuda.

Sus alaridos alertaron a otros huéspedes del hotel, pero muchos dudaron en intervenir. Aun así, logró vestirse parcialmente, ponerse unos pantalones y salir corriendo al pasillo, aun temblando.

El hombre huyó del lugar en cuestión de segundos, dejando atrás una escena espeluznante y silenciosa. Debajo de la cama quedó un cargador portátil y un cable USB, objetos que hasta ahora no han podido ser rastreados por las autoridades.

Minutos después del incidente, la policía llegó al lugar. Tomaron huellas dactilares y recolectaron lo poco que había quedado como evidencia. Pero entonces llegó la segunda pesadilla para Natali: el hotel no tenía cámaras de seguridad en los pasillos ni en la entrada a su habitación.

Sin imágenes, sin testigos y con un agresor desconocido, las posibilidades de justicia se desvanecieron. “Fue como si no hubiera pasado nada. Me dijeron que probablemente nunca lo encontrarían”, contó con frustración.

Aterrada y sola, Natali tomó un taxi en plena madrugada para refugiarse en otro hotel. Pero el daño psicológico ya estaba hecho.

Durante los siguientes cinco días, la influencer vivió en estado de pánico. No podía dormir. Sentía que en cualquier momento alguien saldría de debajo de la cama para atacarla. “Vivía una pesadilla con los ojos abiertos”, escribió en una publicación posterior.

Incluso semanas después, sigue sufriendo ataques de ansiedad, insomnio y miedo constante al entrar en habitaciones cerradas. “Ya no puedo viajar sola. Necesito dejar una luz encendida. Me siento rota”.

Cuando finalmente encontró el valor para contar su historia públicamente, recibió una avalancha de reacciones. Muchas fueron de apoyo, especialmente de mujeres que le contaron experiencias similares. Pero también hubo críticas crueles, personas que la acusaron de inventar todo para obtener fama.

Es repugnante que no crean a las mujeres. El silencio es lo que nos hace más vulnerables.”, respondió con firmeza.

Hoy, Natali exige una compensación al hotel por su negligencia, así como una disculpa oficial. También envió cartas a la embajada ucraniana en Japón, sin respuesta aún.

Sé que probablemente no veré justicia, pero si mi historia hace que alguien más revise debajo de su cama antes de dormir, habrá valido la pena.”, concluyó.

Su caso encendió nuevamente el debate sobre la seguridad en alojamientos turísticos, especialmente para mujeres que viajan solas. En un mundo donde las experiencias se comparten a través de redes, esta historia es un recordatorio aterrador de que los peligros no siempre están afuera… a veces, están justo bajo tus pies.

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ivonneensiso

Comunicóloga apasionada, editora y reportera.

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