En un episodio que parece sacado de una comedia negra, pero que refleja una cruda realidad, un hombre no solo irrumpió en una vivienda en Puebla para robar, sino que se dio el lujo de servirse agua y “desayunar” tranquilamente en la cocina… todo frente a las cámaras de seguridad que documentaron su insólita conducta.

El hecho ocurrió el pasado 9 de abril, en una vivienda ubicada en la capital poblana. De acuerdo con las imágenes captadas por el sistema de videovigilancia del inmueble, el sujeto, de aproximadamente 30 años, ingresó por la puerta principal portando un pico, herramienta que más adelante sería clave para generar teorías sobre su posible ocupación.

El ladrón vestía una playera azul y una gorra negra, y tras revisar la sala y observar la televisión, notó la presencia de una cámara de seguridad instalada en el techo. Intentó ocultarse parcialmente del lente, e incluso se acercó para moverlo y desviar el ángulo. Sin embargo, no logró evitar ser grabado.

El momento más surrealista: un descanso en la cocina

Una vez en la cocina, y ya con algunas bolsas amarillas llenas de objetos de valor, el ladrón cometió un acto que sorprendió a todos: se sirvió una taza de agua y se tomó un momento de “descanso”, como si estuviera en su propio hogar. La escena, tan absurda como real, desató indignación y burlas en redes sociales, donde fue rápidamente apodado como “el ladrón más descarado de Puebla”.

“¡Todavía se da tiempo para desayunar, el muy cínico!”, expresó una usuaria en redes, mientras otros calificaron el suceso como una muestra del “nivel de impunidad” que se vive en el país.

Vecinos alertas: piden apoyo para identificarlo

Los afectados ya presentaron una denuncia y solicitaron apoyo a la ciudadanía para identificar al responsable, quien se sospecha podría dedicarse a labores de jardinería debido al pico con el que ingresó. Hasta el momento no ha sido localizado.

La difusión del video generó debate entre los internautas sobre la urgencia de reforzar la seguridad en colonias residenciales, y cómo muchos delincuentes, como en este caso, ya no se conforman con llevarse objetos materiales, sino que incluso se toman el tiempo de “apropiarse” del espacio personal de las víctimas.

Un reflejo del clima social: entre la impunidad y la desesperación

El robo también ocurre en un contexto social particularmente tenso, luego de que recientemente se viralizó el caso de Carlota N, una mujer de 74 años que presuntamente asesinó a dos sujetos que ingresaron a su vivienda en Chalco, Estado de México. La historia generó una oleada de apoyo y abrió el debate sobre la autodefensa en casos de invasión domiciliaria.

Ambos casos revelaron una creciente preocupación por los despojos de vivienda y los delitos patrimoniales, una problemática que parece ir en aumento ante la mirada pasiva de muchas autoridades.

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