Por: Eduardo Serrano

Morena, el partido que pregona la transformación de México, nuevamente corre el riesgo de quedarse sin la posibilidad de vivir su propia transformación, ya que debido a la serie de inconsistencias, errores y omisiones en los que ha incurrido el Instituto Nacional Electoral (INE), en la organización de la encuesta para definir a la nueva dirigencia nacional de ese partido, según el proyecto a cargo del Magistrado Felipe Fuentes, integrante de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se concluye que en dicho procedimiento se violenta el principio de certeza y no se garantizan las condiciones de equidad para las y los militantes, por lo que es procedente revocarlo. El mismo órgano que giro la instrucción de la elección vía encuesta, probablemente le dará para atrás, al percatarse que, de origen, el haberse metido en la vida interna de esa “Torre de Babel”, lo único que ha provocado es un mayor “reborujo”.

El Ambiente Político en el partido de la Cuarta Transformación (4T) despierta nuevamente la incertidumbre, ahora que los morenos tendrán que correr, por aquello de las recochinas dudas, a desempolvar las fotos con Alfonso Ramírez Cuéllar, Yeidckol Polevnsky, y los demás miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), pues quizás, ellos deberán permanecer en sus respectivos encargos hasta después del proceso electoral del 2021. Por supuesto que, como en todo, de llegar a concretarse esta decisión, habrá grupos y personajes beneficiados, así como también los habrá perjudicados. En lo que se destraba ese “show”, Mario Delgado sentenció que todo indica que el TEPJF tirará la encuesta para la dirigencia de Morena; manifiesta que las presiones externas para evitar que la gente decida el futuro del movimiento, al parecer han sido ciertas y confirma: “Es mucho pueblo para tan poco dirigente”, además refiere que es la propia dirigencia de Morena, la que ha obstaculizado el proceso de renovación del partido.

A Yeidckol también le caló esta posibilidad, ya que se siente muy arriba en las encuestas, por lo que le exigió al máximo órgano en materia electoral, que se apeguen al estatuto del partido a la hora de emitir la respectiva resolución. En cuanto a don Porfirio Muñoz Ledo, que encabeza aparentemente las encuestas y a quien su sed de venganza en contra de Marcelo Ebrard lo mantiene muy ocupado, no tuvo empacho en señalar que de concretarse el proyecto del magistrado Felipe Puentes, sería un atropello a la democracia mexicana. La crisis que se agudiza en Morena, las actitudes autoritarias del presidente de la República y las manifestaciones en su contra, como las que desplegaron los integrantes de Frenaa el pasado fin de semana en el zócalo de la Ciudad de México, son una combinación que en nada favorece al proyecto de la Cuarta Transformación, y por el contrario, ponen en riesgo la designación de candidaturas, donde se avizora un “deschongadero” de pronóstico reservado.

Morena avanza en la lucha por exterminarse a sí mismo; la dureza con la que se conformó el Movimiento, le dio un alto grado de fragilidad, por eso el morenismo corre como gallina descabezada ante la ausencia de un líder o lideresa que pueda unificar la gran variedad de intereses. Sus militantes se cobijan en el perfil que -momentáneamente- consideran como el más posicionado, sin embargo, lo efímero de ese liderazgo, y las fricciones irreconciliables, han causado que las lealtades morenistas tengan vigencias igualmente variadas, y por si eso no fuera suficiente, cuando las lealtades se quebrantan, llegan a considerarse duras afrentas para unos y otros. Aunque todos los liderazgos traten de potenciar su presunta cercanía con AMLO, mediante fotos de perfil, casi casi de “cachetito”, aderezadas con discursos en los que resaltan esa camaradería, los militantes y simpatizantes lopezobradoristas, que, dicho sea de paso, son más que los morenistas, siguen corriendo sin rumbo esperando algún día encontrarse su propia cabeza.

Twitter: @LaloSerranoZ