Por: Eduardo Serrano

Para los candidatos a diputados locales y federales de Movimiento Ciudadano (MC), ha sido una tarea difícil atraer el interés del electorado, máxime cuando el discurso de campaña -en general-, contiene un alto nivel de polarización, enmarcando la contienda entre las dos coaliciones, Va por México y Juntos Hacemos Historia. De ahí la importancia de que el movimiento naranja, intensifique los mensajes que le indiquen al electorado, que en efecto, hay un desmarque absoluto de un lado y del otro, fortaleciendo de esta manera a sus propios candidatos, quienes, después del 6 de junio, pase lo que pase, y sea cual sea el resultado en las urnas, formarán parte de los cimientos de una nueva generación en este instituto político, que dicho sea de paso, deberán entrar de inmediato a la escena, ante la premura de las elecciones del 2022 en las que habrán de renovarse las 39 alcaldías y la joya de la corona: el Gobierno del Estado de Durango.

En la presentación de las agendas legislativas de al menos tres de los candidatos, Paulina Monreal, Alan González y Martha Palencia, ha habido una constante que ayuda al objetivo del desmarque. Los discursos de las y el abanderado emecista, van encaminados primordialmente hacia propuestas muy concretas, ante el reclamo social por la falta de atención de los partidos coaligados. Dichas propuestas abarcan temas de salud, reactivación económica, transparencia y rendición de cuentas, entre otros. De hecho, de acuerdo con la información compartida por el IDAIP, los candidatos del Movimiento Ciudadano, son los que mejor han dado cumplimiento con su declaración “3 de 3”. Sumado a ello, el acompañamiento de su dirigencia en la persona de Óscar García Barrón, así como la presencia de Gustavo Lugo Espinoza, considerado uno de los liderazgos más importantes recientemente incorporados al partido, ha sido fundamental en estos actos proselitistas.

Sin embargo, hay un ingrediente que ha sido más efectivo. Se trata del mensaje de Javier Jaramillo González, delegado Nacional del Movimiento Naranja, que ha sido tan contundente como necesario, luego de los señalamientos del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, quien calificó al MC como un “esquirol” de Morena, recriminándoles que pretenden dividir el voto de la oposición a la Cuarta Transformación (4T). Jaramillo González, uno de los hombres más cercanos a Dante Delgado, líder moral de los naranjas, no le envió un mensaje a “Alito”, fue más allá. Aprovechando, el foro de la presentación de la agenda legislativa de la Dra. Palencia, le exigió al presidente de la República, que saque las manos del proceso electoral; de paso, a los funcionarios conocidos como servidores de la Nación, a quienes llamó, “Saqueadores de la Nación”, les anunció que habrá demandas contra ellos, al mentirle a la gente y condicionar la entrega de apoyos federales a cambio del voto por Morena.

Javier Jaramillo fue breve, pero muy enfático. Remató su discurso diciéndole al inquilino de Palacio Nacional, que le tomaba la palabra, y que cuando terminara su sexenio, podría irse a su rancho, al que el tabasqueño le puso “La Chingada”. Con estas palabras, y otras acciones que han protagonizado los propios candidatos, principalmente Paulina, Martha y Alan, el MC no solo se ha desmarcado, sino que entra en la recta final de las campañas, con la firme intención de atraer el voto de los “indecisos”, arrebatar lo que sea posible de los “desencantados”, y consolidar un capital político que sirva de plataforma para sus objetivos de corto, mediano y largo plazo en esta entidad. Los perfiles naranjas deberán brincar la brecha del 6 de junio con plena identidad local, desmarcados de las actuales alianzas, pero dispuestos a concretar las que sean necesarias a partir de su rentabilidad electoral, puesto que, los procesos subsecuentes, tendrán sus particularidades, a las que los naranjas, deberán sacarle jugo.

Twitter: @LaloSerranoZ