Por: Eduardo Serrano

Las mujeres poco a poco han avanzado en todos los ámbitos. Sus logros han sido producto de intensas batallas por ocupar el lugar que les corresponde. En el Ambiente Político no todos los partidos han entendido la necesidad de formar cuadros femeninos competitivos, para no repetir “el mismo calvario” a la hora de repartir candidaturas en los procesos electorales, en donde solo por cumplir un requisito, registran a quienes no tienen ni la menor idea de la función que habrán de desempeñar. Por eso llama la atención la jugada estratégica del Partido Revolucionario Institucional, el cual ha sido -indiscutiblemente- escuela para muchas mujeres en la política, desde empresarias, maestras, líderes sindicales y de sus propios sectores. Ahora la diferencia es que el tricolor, despliega esa interesante estrategia en un año no electoral, colocando en el escenario, lo que podría ser un “as bajo la manga”, sabiendo de antemano que de entrada, preparar a sus mujeres, es una buena inversión.

Luis Enrique Benítez, presidente Estatal del PRI, ha traído un intensa agenda interna y mediática, en la que ha aprovechado para posicionar sus cartas fuertes, pues ellas representan la variedad de perfiles femeninos que la sociedad poco a poco va reconociendo, como Alfa Ávila Carranza, en la Secretaría Jurídica y de Transparencia o la propia Catalina Mercado, quien ha sabido combinar su rol de secretaria General del tricolor, con la tarea legislativa, así como lo ha hecho Aly Gamboa, quien le ha atorado a temas polémicos en el Congreso del Estado, como las discusiones relacionadas al llamado “matrimonio igualitario”, o como Gaby Hernández  quien el pasado mes de agosto recibió el galardón 2019 de la Red Jóvenes por México en la categoría “Mérito Legislativo”. Ellas desde el Congreso, bajo la coordinación de Esteban Villegas, han sabido hacer un equipo que marca agenda, lo cual en automático les coloca como parte de los principales activos del Revolucionario Institucional.

En los municipios el PRI posee liderazgos de renombre como Lety Herrera en Gómez Palacio, quien es muy probable que se dispute con Benítez y Esteban, la presencia en la boleta del 2022. Mientras ese tiempo llega, en Durango capital con escasos meses de trabajo, Daniela Soto desde la regiduría, ha demostrado que es una carta importante, a la que hay que “invertirle”, así como aquellas que en el trabajo de partido, se mueven con absoluta convicción. Tales son los casos de la contralora General Yanira Quezada y Paty Marrufo en la Gestión Social, dos de los ejes más importantes para que se concretan las acciones en favor de la militancia y de sus simpatizantes, pues más allá del desgaste de la marca, lo fundamental es que se “camine” el territorio, para saber de primera mano sus necesidades, como lo ha hecho Arlina Adame, empresaria muy activa y clave para la dirigencia estatal; o la maestra Rosario Fernández con Adultos Mayores y Nora Karthe en la atención a Personas con Discapacidad.

La fortaleza del tricolor en su momento fueron sus sectores, ahora no todos los son, pero ahí están. En el caso concreto del ONMPRI, no hay duda, sus mujeres han sacado la chamba por muchos y para muchos. Sughey Torres no ha bajado la guardia, y ahora se hace acompañar en el municipio por Fátima Huizar, quien tiene una importante experiencia en el servicio público y le conoce muy bien al asunto de la gestión. Pero hay otros elementos femeninos valiosos para el tricolor, como Bety Barragán, quien cuenta con la experiencia legislativa y coloca un valor agregado a su partido, o Silvia Rangel en la atención a municipios en oposición e Ixcel Carmona en el área de comunicación, mujeres preparadas que el PRI sacará llegados los tiempos; por eso ahora le invierten en su capacitación, las ponen a debatir y les permiten desenvolverse en el Ambiente Político, pues quizás, ese “as bajo la manga”, junto con varios nombres de las que no aparecen en esta columna, en efecto sean la principal estrategia para que el PRI juegue sus mejores cartas.