Por: Eduardo Serrano

No debe extrañarnos que, en los partidos políticos, al calor de las definiciones, se den los desencuentros entre militantes. Metafóricamente hablando -y en algunos casos, literalmente-, los aspirantes se “agarran del chongo” como ocurre hasta en las mejores familias. Desde las gradas partidistas, los más prendidos de cada grupo, azuzan a quienes se disputan una candidatura, para que se den con todo entre ellos mismos, y ya trenzados, le metan al adversario interno “la Wilson”, luego “la Nelson”, le sigan con “la quebradora” y para rematar, “el tirabuzón”. Es lo que está ocurriendo en casi todos los partidos -salvo honrosas excepciones-, como ha sucedido en el PAN en esta semana, donde la determinación de la Comisión Permanente del Consejo Político Nacional, le dio para atrás a los acuerdos ya establecidos en la arena de Durango, aplicándoles un candado, picándoles los ojos, jalándoles los pelos, y finalmente, sacando del ring a Minka Hernández, uno de los perfiles mejor posicionados entre el “respetable público”.

Aunque muchos vaticinan una gran fractura entre la militancia blanquiazul, lo cierto es que los antecedentes históricos indican lo contrario. En 2019, José Antonio Ochoa estaba dispuesto a lanzarse de la tercera cuerda para obtener la candidatura a la presidencia Municipal de Durango capital, sin embargo, la decisión favoreció a Jorge Salum del Palacio. Ambos sabían que en esa esquina no había cabida para divisiones y sumaron esfuerzos que a la postre les condujo a la victoria. “El Águila” Enríquez no se quedó muy lejos, perdió en la última caída, lo cual hace suponer que si de parte de los técnicos no se hubieran puesto de acuerdo, los rudos estarían despachando en la “Carnechon”. A partir del mensaje del líder nacional del PAN, en efecto hubo inconformidades, principalmente de coordinadoras de algunos subcomités quienes mostraron su total apoyo a Minka, pero esto se da porque la arena está de bote en bote, ¡y a todos les gana la emoción!

No pasará mucho tiempo en que la secretaria particular del presidente Salum -en estos momentos con licencia- le de la mano a Paty Jiménez quien subirá al cuadrilátero para trabarse en la lucha electoral con sus adversarios. Quizás por parte de la alianza Morena-PT, está tomando vuelo para aventarse contra las cuerdas el joven empresario Danielo Hernández, mientras que, en Movimiento Ciudadano, Alan González prepara sus mejores llaves para desactivar tanto a Paty como a Danielo, al tiempo que el técnico Pancho Quiñónez hace sus ejercicios de yoga en el PES. Solo hay que hacer la acotación, que el cartel de esta lucha libre electoral, aún no está definido del todo; en este caso, es la empresaria mueblera, la única que va más avanzada y se encuentra a la espera de la definición de sus rivales, para entrarle ahora sí a la contienda donde, otra vez metafóricamente hablando, se podrán arrojar sillas, y darse hasta con la cubeta, para defender el cinturón del 5to Distrito local, que, en 2018, levantara Toño Ochoa.

Es poco probable que, en la campaña, haya brazos caídos entre la militancia panista, puesto que la lucha es también de “máscara contra cabellera”, y no hay lugar para que nomás estén como espectadores aventando palomitas mientras le aplican la “Hurracarrana” a Paty Jiménez. Además, es lógico que habrán de subirse al cuadrilátero Vero Pérez en su calidad de Jefa Estatal, y sin duda se verán aplicando la voladora Fernando Rocha y Claudia Hernández, quien subió a la tercera posición de la lista plurinominal, y deberá sumarle votos a la causa para garantizar su espacio en el Congreso Local.

Desde luego, en Acción Nacional deberán hacer todo lo necesario para no morderse la mano en la interna, pensando que con eso dañan al adversario, puesto que la lucha es sin límite de tiempo, mas no de heridas, y deberán ser muy audaces para evitar que uno que otro, se ponga la máscara de técnico, pero abajo de ella, haya un rudo, porque eso, insisto, también pasa… hasta en las mejores familias.

Twitter: @LaloSerranoZ