Por: Eduardo Serrano

A medida que transcurre el tiempo, es más evidente el fracaso del Gobierno Federal en muchos rubros, pero particularmente en el manejo de la pandemia, y por supuesto, en el fallido plan de vacunación. Las más de 170 mil defunciones por COVID-19 registradas, o las cerca de 400 mil estimadas, derivado del subregistro de fallecimientos asociados al Coronavirus, dejan en evidencia que la estrategia de tener camas disponibles en hospitales, solo ha garantizado una alta demanda de ataúdes. Si eso no fuera suficiente, la política del “ya merito”, aplicada por Palacio Nacional para la llegada de las vacunas, disfrazada de un tinte de esperanza en la población para mantener la calma, no es más que una forma vil de ocultar la información que demuestra, por un lado, la ineficiencia con la que se conducen los destinos del país, y por el otro, la operación electoral ejecutada por los llamados “servidores de la nación”, a quienes el jefe estatal del PRI, Luis Enrique Benítez ha denominado “servidores de la elección”.

El líder priista señaló que es descarada la promoción electoral con la que opera la Secretaría del Bienestar del Gobierno Federal, a través de la aplicación de los programas sociales y de la entrega de vacunas a los estados. En efecto, el maestro del “ya merito”, desde la comodidad de la Silla Presidencial, semana tras semana ajusta la fecha de llegada del biológico, y ya entrados en gastos, le da también una ajustadita a los periodos de inmunización mediante “cantinflescas” declaraciones de López Gatell.  Mientras tanto, el personal de salud al que se le aplicó la primera dosis y debiera recibir la segunda al cabo de 21 días, lleva más del mes recibiendo puras promesas, lo que a decir del diputado Esteban Villegas, presidente de la Comisión de Salud en el Congreso del Estado, ha despertado una fuerte inconformidad en los “héroes de bata blanca”, puesto que muchos trabajadores de este sector, ni siquiera han recibido la primera dosis, ¡ah pero eso sí!, “los servidores de la elección”, hasta han de llevar sus gomitas de vitamina C, del Dr. Simi y unas tabletas de sukrol, por si acaso.

Desde luego, el desabasto del biológico es un problema de carácter mundial, pero las mentiras, se están dando en el ámbito nacional. Ciertamente, fue una buena noticia la llegada de vacunas de la farmacéutica AstraZeneca; su aplicación masiva en adultos mayores será de gran ayuda para inmunizar a este sector poblacional, sin embargo, es notoria su alta connotación electorera, al no concluir con la vacunación en el personal médico y cambiar a placer el dichoso plan inicial. Son cada vez más los cuestionamientos en relación a la forma en la que opera el Gobierno Federal esta crisis sanitaria y las otras crisis de ella derivada, lo que podría generar un efecto “boomerang” en los objetivos marcados en el trabajo de los “servidores de la elección”, porque, hay que dejarlo claro, una persona que solo haya recibido una dosis, no está totalmente inmunizado.

No solo se miente desde Palacio Nacional, al destinar recursos a la operación política del partido en el poder, mediante los “servidores de la elección”, sino que se genera un mayor riesgo sanitario, económico y social, al dejar a la población “mediovacunada”, pues no hay que olvidar, que también la vacuna de AstraZeneca es para dos aplicaciones. A este paso, será más fácil rebasar varias veces el escenario catastrófico dictado por López Gatell, que reactivar al país en una nueva normalidad, lo cual es altamente preocupante, ya que un Gobierno que medio vacuna a su gente, medio resuelve los problemas de salud en general y medio atiende las necesidades de los sectores productivos para reactivar la economía, mientras se enfoca en tareas electorales en lugar de atender la política pública, es simplemente, un Gobierno mediocre.

Twitter: @LaloSerranoZ