Por: Eduardo Serrano

Luego que ha sido tema en múltiples espacios de opinión, las reacciones sobre la posible postulación de Manuel Espino Barrientos como «superdelegado» en Durango han sido muchas y muy variadas. El Ambiente Político ahora pone de manifiesto lo que ha despertado Espino y los posibles escenarios al traer a esta entidad a un experimentado personaje que en temas de estrategia, va dos o tres pasos adelante de muchos; aparte, no tiene lazos estrechos en Morena que pudieran complicar su labor como funcionario, pero que, al ser potencialmente un perfil para el 2022, pondría a temblar a uno que otro que ni por “aquí les pasaba” esa posibilidad, de que el exjefe nacional del PAN pudiera pisar la «Tierra del Cine» como funcionario federal, lo cual trunca los sueños de esos “entusiastas”, ya que de llegar a concretarse este nombramiento, sería mejor que dediquen ese espacio con “Morfeo” a otra cosa menos complicada. 

En efecto, lo que se espera del sucesor de Enrique Novelo es que se pueda trabajar en una buena coordinación con el Gobierno del Estado y los legisladores locales y federales para bajar recursos que eran estos momentos son fundamentales para llevar el desarrollo a las comunidades más alejadas y desprotegidas, tal como lo señaló el presidente de la Jucopo del Congreso del Estado, Esteban Villegas Villarreal. Para el diputado priista, el duranguense Espino Barrientos, aparte que le entiende a la política, conoce a profundidad la problemática de la entidad y el retraso en el que se le ha mantenido por décadas. Esteban ha anticipado que de llegar a concretarse el nombramiento, él mismo sería quien se sentaría primero a platicar con el dirigente de “Ruta 5” para trabajar juntos por Durango. Ciertamente, sólo los que le sepan al “arte de hacer política” podrán sentarse a dialogar, el resto lo harán para confrontarse; claro, aunque también cabe la posibilidad que Esteban y Manuel se vean en otro escenario para el 2022.

Es difícil pensar que la eventual llegada de Manuel Espino a la escena de la política local no le “mueva el tapete” a políticos como el senador Alejandro González Yáñez, quien vio truncado su objetivo de alzarse con el triunfo en la capital en las pasadas elecciones, ya que las diferencias internas en Morena y la caída de la alianza con el PT y el Verde, le complicaron al “Tirantes” el camino, exhibiendo su capital electoral. A otro personaje que le dificultaría el paso por la «Cuarta Transformación» la llegada de Espino sería a José Ramón Enríquez, quien necesitará tejer alianzas rumbo al 2022, pues a pesar del avance del Movimiento Ciudadano, no podrá hacer nada solo. Y es que a ambos, a Gonzalo y el «Doc», les puede preocupar que Espino se llegue a convertir en el “gallo” de AMLO para Durango siendo «superdelegado», o mejor dicho, tal vez Espino ya es el “gallo” de AMLO, por lo tanto se puede convertir en «superdelegado» para que a bordo de esta ruta, de una vez se vaya aclimatando en estos terrenos.

Es impresionante la forma en la que puede tornarse -de un momento a otro- la política en nuestro país. Después de tantos conflictos que han rodeado a Morena, existe una posibilidad real de tener un «superdelegado» que venga a Durango con la bendición de Palacio Nacional, con todas las características para tejer, en año y medio, todo lo necesario adentro, afuera y a un lado de Morena, de tal forma que la cresta y los espolones sean tan notorios, que hasta para los más incrédulos el mensaje venga con toda claridad como si fuera un “telegrama” de la «4T» al que hasta para los más renuentes a las señales de orden, entiendan que el remitente es el Presidente, ¡sí, que no se quiere meter en la vida de su partido!, pero que también el que los ha amenazado con salirse si pierden el rumbo. Por eso no es extraño que AMLO, junto con «superdelegados», de una buena vez envíe por ahí a un que otro “supergallo”.