Por: Eduardo Ortega Solano

En el pasado proceso electoral se evidenció el caudal político de cada uno de los partidos, pero también el de sus dirigentes, mientras los derrotados pretenden encontrar disculpas y justificaciones, los ganadores reclaman el triunfo como si se hubiera dado por un trabajo meramente personal. José Ortega y Gasset, en su ensayo Meditaciones del Quijote dijo: «Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ellas no me salvo yo”. Claro que las circunstancias influyen, pero estas no siempre son imponderables a nuestra realidad, en muchas ocasiones se pueden modificar para nuestro beneficio. Precisamente de esta forma se construyó la alianza “Va por Durango” que como tal fue un verdadero éxito, ya que los otrora adversarios PRI/PAN junto con el PRD, lograron arrebatar la mayoría del Congreso del Estado y “posiblemente” obtener para su alianza la coordinación de la Jucopo, por los tres años de la próxima legislatura.

Sin embargo, la evaluación como partido, se tiene que realizar de forma individual, ya que no a todos les fue tan bien como pensaban o simplemente como lo quieren hacer creer. El PAN era el enemigo a vencer en esta elección; al ser la primera fuerza política y el partido en el Gobierno era lógico pensar que sería el instituto que obtendría mejores resultados. Sin embargo, dejaron de ser la primera fuerza electoral al ubicarse apenas como el tercer partido más votado, abajo de Morena y PRI. En la Laguna prácticamente desaparecieron, todo hace pensar que los panistas de esa región, cumplieron su amenaza de no salir a votar por sus correligionarios “brazos caídos” ya que no estuvieron de acuerdo en el reparto de candidaturas, también era impensable creer que la suma de votos no les alcanzaría para obtener una tercera plurinominal, lo que dejará fuera de la legislatura a Claudia Hernández y sin duda hará falta su talante político. La operación cicatriz necesitaba algo más que un curita pero de esto… se hizo caso omiso.

Al partido del Sol Azteca no le fue mejor, a pesar de haber ganado dos diputaciones que tuvo sigladas, su votación fue tan solo del 2.18 por ciento y al no alcanzar el 3 por ciento se queda sin recibir prerrogativas del IEPC, aunque tiene para seguir en el juego el nada honroso 3.6 por ciento que obtuvo el partido de forma nacional, lo que le basta para conservar el registro y por supuesto recursos económicos. También contaban dentro de su peculio con los beneficios que les otorgaría ser grupo parlamentario en el Congreso, y para esto solo tendría que sumarse a los dos diputados del PRD, uno de los seis que tiene el PAN, sin embargo, en una rueda de prensa del día de ayer que por cierto abandonó molesto el diputado David Ramos, afirmó que no ve disposición y voluntad política del PAN para cederles el legislador que necesitan, afirmando que es algo que él nunca regateó en la actual legislatura. Esta situación deja en vilo la permanencia del PRD y los tres años de la Jucopo para los aliancistas. De este tridente el partido que sale más fortalecido es el PRI al convertirse en la segunda fuerza política, solo abajo de Morena y la primera fuerza en el congreso del estado.

La alianza Morena/PT es otra historia que analizaremos en la próxima entrega.

Twitter: @EduardoOrtegaS