Por: Eduardo Ortega Solano

El IEPC presentó su calendario de debates para el proceso electoral 2020-2021, mismos que se están llevando a cabo del 17 al 29 de mayo. La convocatoria se realizó para todos los candidatos que postularon los institutos políticos y a los independientes. Lo primero que llamó la atención fue la calendarización de los eventos, ya que estos dan inicio con el Distrito 5 hasta llegar al 15 para regresarse al 1 y así finalizar con el 4; este acomodo despertó la especulación en las redes sociales que aseguran se dio de esta forma con el objetivo de favorecer a algún participante, pero el orden no le da ventaja competitiva a ningún candidato, salvo que interés y audiencia irán disminuyendo con el pasar de los días.

La convocatoria del IEPC merece un reconocimiento por el esfuerzo que realizan con el objetivo de fomentar la participación ciudadana, sin embargo, fuera del “círculo rojo” resulta poco atractivo. Comencemos con que conservan el formato rígido que se torna aburrido, pero es necesario en aras de tener equidad entre todos los participantes. Otra desventaja es que se hace de forma virtual, sin embargo, es lo correcto y se acredita plenamente por los terribles momentos que vivimos. Un factor adicional es la participación de todos los candidatos, que si bien está totalmente justificado desde una visión democrática, es poco atractivo y muy aburrido ver coexistiendo a los que se perciben como punteros, con los que se ve como meros actores testimoniales.

Pudiera ser que iniciaron con el Distrito 05, por ser el que más interés pudiera despertar de los 15 que están en juego. De forma natural, los primeros cinco distritos, son los más observados ya que estos se encuentran en la capital, la cual es el epicentro de la política estatal, y los diputados emanados de estos distritos, se podrían convertir en aspirantes naturales para la alcaldía capitalina. Recordemos que de todos los distritos, el 05 es el único que no sucumbió al llamado “tsunami morenista” ganado por diputado Antonio Ochoa; otro factor de interés es que la mayoría de los participantes surgen del entorno empresarial: Paty Jiménez (Va por Durango), Danielo Hernández (Morena/PT), Verónica Fragoso (PV), Carlos Medina (PD), Francisco Quiñones (PES), Tito Avalos (Fuerza por México), Alan González (MC), Jorge Ozuna (RSP), Alejandro Soto (Independiente) de los dos últimos, desconozco su modus vivendi.

Cuando se percibe que de nueve participantes solo dos, cuando mucho tres, tienen posibilidades de triunfo, dos terceras partes del evento carecen de interés. Por otro lado, los candidatos no presentaron nada nuevo, no existió alguna propuesta o posicionamiento que no hayan mencionado con anterioridad, fueron retóricas sin pena ni gloria, aunque por supuesto todos como lo marca la vieja usanza se declararon ganadores.

Lo que se reafirmó es algo que ya se sabía, solo que ahora quedó muy claro: Paty Jiménez es el “enemigo a vencer”, o por lo menos así lo consideran sus ocho adversarios, y la prueba más fehaciente es que la mayoría de los ataques fueron dirigidos a su persona. Nuevamente surge como motivo de descalificación el préstamo que obtuvo del Fondo Durango, en un hecho conocido como “Sedecogate”, y si bien es cierto que algunos préstamos se otorgaron de forma indebida no es el caso de la empresaria mueblera. Paty justificó plenamente el préstamo de 400 mil pesos, no se encontraron visos de influyentísimo nunca ha sido funcionaria, el recurso lo utilizó para conservar los empleos de 27 trabajadores, además ha realizado el pago de casi la mitad del préstamo tal como lo acredita con el estado de cuenta. Cada vez que le hacen esta imputación le dan oportunidad de reafirmar su actividad de empresaria, creadora de empleos y además que paga sus deudas, por lo que de este ataque sale fortalecida. Es una buena candidata, y si a esto se suma que es la representante de la primera y segunda fuerza política del estado la convierte en el “enemigo a vencer”.

Twitter: @EduardoOrtegaS