Por: Emmanuel Salazar

La Dirección Municipal de Seguridad Pública podrá en operación una nueva manera de aplicar los retenes antialcohol, que a «botepronto» nos parece un tanto flexible para quienes violentan la norma que prohíbe consumir bebidas embriagantes y conducir, pues no se aplicaría la multa respectiva.

Al menos, ese mensaje quedo expuesto en la conferencia de prensa realizada por el titular de la Dirección, Antonio Bracho Marrufo, quien se mostró reacio a sancionar a los conductores que consumen alcohol y que por tanto ponen en riesgo al resto de la sociedad.

En 2018, en el estado de Durango, según cifras de Inegi, hubo al menos 114 accidentes en donde los conductores habrían contado con aliento alcohólico, y de ese total de incidentes, hubo 13 personas muertas y 477 heridos, si bien la cifra parece menor, bien vale la pena tener en consideración que el consumo de bebidas embriagantes en buena medida se asocia con los accidentes de tránsito.

Si ahora se les va a permitir a los conductores con aliento alcohólico no ser multados por esa condición y sólo se le retirará, cuando sea necesario, la unidad, me parece que se flexibilizará la posición y muy probablemente se incrementarán los accidentes en los que el conductor presente signos de tener alterados sus sentidos debido a este tipo de bebidas.

Si bien, en algunos espacios se llego a mencionar que las multas en los retenes tuvieron carácter recaudatorio, creo también muy posible lograr evitar ese tipo de actitudes si se logra transparentar al máximo esos puntos de revisión.

Si se conjunta algunos personajes de la sociedad civil y la autoridad, e inclusive con la presencia de un representante de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, se podría evitar que esos retenes puedan generar actos de corrupción.

Desgraciadamente los ciudadanos habrán de asumir una actitud de mayor consumo de alcohol al momento de eliminarse las sanciones económicas existentes, aunado al retiro del vehículo y detención del conductor, pues ahora parece que la nueva instrucción será permitir que el ciudadano, bajo el influjo del alcohol, pueda quedar libre aunque se le retendrá el vehículo en caso extremo, esto es, cuando el sujeto se encuentre sumamente alcoholizado.

Presuntamente, Durango es una de las entidades con las multas más bajas en el país por conducir en estado de ebriedad, cuando en otras partes del mundo es sumamente penado ese tipo de anomalías. Ojalá no haya un error en la política de flexibilizar los retenes.

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