APUNTES… En el camino al rescate de Morena
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Un paso de gran trascendencia para el futuro del país, no sólo para el partido con el que el presidente López Obrador logró remontar enormes obstáculos, se dio el domingo al ser designado presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el ahora exdiputado federal Alfonso Ramírez Cuellar, quien hizo un llamado a recuperar la unidad del instituto político mayoritario, por causas que conviene sean dilucidadas para que se convierta en un hecho el exhorto realizado por quien fuera dirigente de El Barzón.
Es un imperativo que Morena se convierta en un partido con capacidad para respaldar el proyecto de nación del Ejecutivo federal, porque de no avanzar por esa ruta, no habría condiciones objetivas para dar el salto hacia la consolidación de un cambio estructural profundo en favor del pueblo. Es inaplazable apuntalar un régimen fundado en la democracia participativa y en la prevalencia de una justicia social donde no tengan cabida los vicios ancestrales que llevaron al país a una crisis generalizada; ésta será superada sólo con la fortaleza de un Gobierno que no pierda la confianza ciudadana que hoy mantiene.
Como bien lo señaló Ramírez Cuellar: “Por encima de las bases, nada. La Cuarta Transformación requiere de un partido fuerte y cercano a nuestro Presidente”. Las circunstancias tan complejas que subsisten en el país, luego de seis sexenios de burda simulación, de corrupción en las altas esferas del poder político y económico, de parálisis generalizada en el sistema político y nulo crecimiento en la economía, obligan a que el Mandatario tenga el respaldo de un partido muy bien estructurado, sin fisuras de ningún tipo, con sentido autocrítico y que anteponga lo prioritario a los intereses de grupos oportunistas o francamente al servicio de la oligarquía con disfraz “progresista”.
La experiencia histórica nos enseña que los conservadores, la reacción antidemocrática, al verse derrotados recurren al trillado camino del socavamiento del nuevo régimen mediante mercenarios de todo tipo. Así lo hicieron a partir de que el abanderado de Morena derrotó en las urnas al régimen corrompido de los neoliberales. Ni tardos ni ociosos pusieron en marcha esa estrategia tan sabida, que se les facilitó porque Morena abrió sus puertas de par en par, ante la urgencia de tener cuadros para superar la emergencia que surgió al convertirse en partido triunfador, con apenas tres años de ser fundado por el hoy Mandatario federal.
De ahí que se convirtiera en un ente paralítico, incapacitado para acuerpar al Presidente en los momentos más difíciles de su arranque como jefe de un país y un Estado entrampados por la corrupción, el cinismo de las élites, su voracidad siempre insatisfecha y su total irresponsabilidad social. Tal realidad es inaceptable, porque tendría consecuencias funestas permitir que continúe como hasta ayer lunes.
Los meses por venir este año son cruciales para el futuro no sólo de Morena, sino del país en su conjunto. El año 2021 será determinante para consolidar una correlación de fuerzas políticas favorable a la Cuarta Transformación. La única alternativa es no perder tiempo en el difícil proceso de fortalecer una organización capaz de derrotar, desde sus inicios, las asechanzas de los conservadores, que vendrán de los frentes más insospechados; así lo patentiza el mal llamado Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Por ello es un avance trascendental la puesta en marcha de acciones por la salvación de Morena.
Twitter: @VivaVilla_23