APUNTES… Impensable mantenerse en el “centro”
Por: Guillermo Fabela Quiñones
La crisis sanitaria vino a enrarecer aún más el ambiente político nacional, de por sí afectado por la terquedad de la extrema derecha en combatir, con presiones cada vez más radicales, al régimen de la Cuarta Transformación (4T). El propio Mandatario abona tal actitud por su prudencia que se confunde con inacción. Hay etapas en que, según la táctica recomendada por Lenin, es conveniente dar un paso atrás para lograr dos más adelante. Es válido señalar que se ha hecho lo contrario, los resultados saltan a la vista.
Por la emergencia surgida con el nuevo Coronavirus, hubo necesidad de sacar de la manga el as, que representan los 50 mil millones de pesos que endeudan al fisco 15 importantes magnates morosos, hecho que rompió la tregua forzosa que convenía a ambas partes; esos empresarios querían aprovechar la emergencia para sacar una tajada más, al fin que con el Presidente, desde antes de su toma de posesión, había un buen entendimiento por conducto de Alfonso Romo.
Con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se tenían magníficas relaciones, y por su conducto con los demás organismos de la cúpula del sector privado. Pero su codicia y mezquindad los hizo dar un paso en falso, que el Ejecutivo no quiso aprovechar para que la 4T diera dos adelante, como hubiera sido oportuno: Cerrar filas con organizaciones sociales, laborales, campesinas y de las clases medias; burocracia, académicos y los más afectados por el COVID-19, las micro, pequeñas y medianas empresas.
Se permitió a la élite empresarial aparecer como la reivindicadora de éstas y tener como bandera su rescate, pero con dinero del erario público. Ahora el CCE, por conducto de su dirigente visible, Carlos Salazar Lomelí, se erige como el principal factor para lograr la unidad que se necesita en las actuales circunstancias. Es preciso advertir que muy poco ayudan las conferencias mañaneras de AMLO; se han vuelto rutinarias y, paradójicamente, disruptivas de su principal cometido; en vez de informar y aclarar las muchas dudas que surgen cotidianamente, afloran nuevas.
Por otro lado, los zigzagueos del propio Mandatario propician más confusiones, que se pretenden diluir con supuestos análisis de “izquierda”, los cuales permiten un más acelerado aislamiento del régimen, situación que no se frena ni en el Congreso, donde Morena tiene mayoría. Por ejemplo, ¿Cómo explicar objetivamente la videoconferencia, el pasado 4 de abril, de López Obrador con Larry Fink, presidente de la principal correduría de los llamados “fondos buitre” del mundo, Blackrock?
El llamado a la unidad que hizo Salazar Lomelí no es con el fin de cerrar filas en torno al régimen de la 4T, sino aprovechar la coyuntura para dar el zarpazo definitivo a un Mandatario que quieren exhibir como rebasado. Lo será, sin duda, si no actúa como lo espera el pueblo. El problema en este momento es por dónde empezar, más aún si las consecuencias fatales del COVID-19 se acrecientan, como podría suceder si el Gobierno federal no pone el ejemplo de rigor y firmeza que demandan las circunstancias.
No hay otra opción, conforme a la realidad, que tomar partido por los compromisos que el Andrés Manuel hizo en su campaña y lo hicieron triunfar en las urnas. El mayor problema es él, por su afán de no salirse de un “centro” imposible de mantener. Cómo salvar a la 4T es la pregunta que flota en el aire, junto al temor y la desmovilización social generados por la feroz pandemia.
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