APUNTES… La pandemia pudo frenarse a tiempo
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Mientras más se agudizan los efectos de la pandemia en el mundo, más se incrementan las utilidades de las trasnacionales farmacéuticas que tienen el control de medicamentos. El Coronavirus Covid-19 pudo controlarse en China porque su industria farmacéutica está bajo la rectoría del Estado y no permitió la especulación con fármacos inapropiados, como en los países occidentales. Esto lo acaba de confirmar la Agencia Federal Medico-Biológica de Rusia, de acuerdo con el artículo del doctor Heinz Dieterich que publicó ayer en su portal Carmen Aristegui.
Dicha agencia del Gobierno ruso anunció un “esquema de tratamiento efectivo y seguro contra el Coronavirus capaz de superar la pandemia”. El principio activo es la hidroxicloroquina, conocida desde hace medio siglo, combinada con el antipalúdico Mefloquina. La neumóloga Veronika Skvortronova, concluyó que “la combinación de ambos medicamentos permite aumentar la concentración de agentes antivirales en el plasma sanguíneo y los pulmones”.
El doctor Dieterich destacó que la hidroxicloroquina ha sido vendida en México por la trasnacional francesa Sanofi, bajo el nombre de Plaquenil, a un precio elevado; como genérico se podía conseguir en las farmacias del Doctor Simi. “Pero cuando China mostró la eficacia de fármacos antipalúdicos, y Estados Unidos, Canadá, Rusia y Francia comenzaron a investigarlos, subieron las acciones de Sanofi y desapareció el medicamento del mercado”.
Conforme a esta realidad, “el Estado mexicano debería asumir un papel más protagónico frente a la pandemia, impulsando, entre otras actividades, la producción y la distribución controlada de la hidroxicloroquina. Y debe dejar la última decisión de su uso a los adultos enfermos. Al fin y al cabo, son ellos los que se juegan la vida”, afirmó el sociólogo alemán-mexicano.
Aún es tiempo de evitar que la pandemia siga segando vidas, cuando al alcance de la mano se tiene un medicamento eficaz, ampliamente probado en China. Es terrible comprobar que, al paso de los meses, en los países más afectados fuera del continente asiático, no se hizo nada efectivo contra los contagios del COVID-19. ¿No es tiempo de que el régimen de la Cuarta Transformación demuestre iniciativa para reducir dramáticamente la incidencia de un microorganismo cuyas consecuencias más calamitosas se van a reflejar en la economía del país y en un mayor deterioro del tejido social?
No se necesita mucha imaginación para discernir el móvil oculto de una pandemia que debería haber sido frenada oportunamente: reducir la carga que representa para la economía de mercado el aumento de ancianos en el mundo, tal como lo advirtió Christine Lagarde, antes de dejar la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), para dirigir el Banco Central Europeo (BCE).
El problema es que no previeron el elevado nivel de contagio del Coronavirus y se salió de control a las instituciones sanitarias, incluidas las de Estados Unidos, por la forma zigzagueante en que el presidente Trump enfrentó la pandemia. Ni se diga en Italia y España, cuyos gobiernos minimizaron las medidas aconsejables y permitieron que la población actuara a su libre arbitrio.
Ahora Trump pagará las consecuencias en las urnas, aunque las seguirá pagándolas el pueblo, tal como sucede en las economías emergentes. Evitar una catástrofe apocalíptica mayor será posible si se frena la recesión con medidas drásticas. Aquí en México, en la medida que el presidente López Obrador adopte políticas públicas que impulsen crecimiento y desarrollo, se recupere la economía popular y no permita que la cúpula oligárquica quiera chantajearlo. ¿Será posible?
Twitter: @VivaVilla_23