APUNTES… La sedición es un hecho, ¿Qué sigue ahora?
09/04/2020 - Hace 5 años en MéxicoAPUNTES… La sedición es un hecho, ¿Qué sigue ahora?
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Era previsible la actitud asumida por la cúpula empresarial luego de que el presidente López Obrador rechazó su propuesta unilateral de rescate económico por la crisis sanitaria. Esperaban que, como sucedía en el pasado, fuera aceptada cuando es un hecho incuestionable que tales apoyos sexenales sólo han endeudado al país, sin que hayan aportado beneficio al pueblo ni a la economía, sólo a la minoría que representan, dañando gravemente el tejido social y fomentando el empleo informal hasta superar sesenta por ciento.
Lo que llamó la atención fue el cambio, de un día para otro, de la élite gerencial. Los dirigentes de los principales organismos de la iniciativa privada se despojaron de su máscara risueña para mostrar la del rabioso perdedor que no acepta su derrota. Pasaron de comprensivos apoyadores del régimen de la Cuarta Transformación, a furiosos detractores que no tuvieron empacho en incitar a la población a unirse en contra del Presidente.
La sedición que se anunció desde el año pasado por un general en retiro, es ahora una amenaza real que no debe desestimarse. Carlos Salazar Lomelín, el dirigente en funciones del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), fue muy explícito en sus declaraciones. En la teleconferencia convocada por los principales organismos de la cúpula empresarial dijo:
“Si alguien cree que esa es la forma (de que el presidente López Obrador deje la Presidencia), por favor organícense… ¿creen ustedes que van a lograr algo por salir y decir que se vaya? Si es lo que queremos, unámonos, nomás que tenemos que tener a 30 millones de mexicanos detrás de nosotros”. Más adelante diría que la gran oportunidad será el plebiscito de revocación de mandato, “Ahí es el momento”, afirmó.
El Congreso Nacional Ciudadano (la ultraderecha con sede en Monterrey) lanzó por las redes la creación del Frente Nacional para Tirar a AMLO (FRENAAA). La convocatoria señala cinco pasos a seguir, inmediatos, para no permitir ni la revocación de mandato ni las elecciones intermedias del próximo año. La sedición golpista es muy clara, sin que hasta el momento nadie la condene, ni por parte del Congreso con mayoría de Morena en ambas cámaras, ni del gabinete.
El Mandatario sigue aferrado a su posición idealista, de la cual se han aprovechado sus enemigos (no adversarios como él cree) para actuar sin embozo contra un Gobierno que durante más de un año les abrió las puertas de par en par, contrariamente a lo afirmado por Salazar Lomelín en la teleconferencia; mientras, por otro lado, se las cerraba a quienes con su voto lo hicieron ganar en las urnas, obligándolos a seguir en la austeridad a la que fueron condenados por la tecnocracia neoliberal.
El Presidente sigue diciendo que los tres hombres más ricos de México se comprometieron a seguirlo apoyando (Slim, Larrea y Bailleres). Si es así, lo conducente es que lo demuestren frenando el aventurerismo de sus principales subalternos, los líderes visibles de los organismos empresariales que dan la cara a la sociedad. Por lo pronto, el país enfrenta un riesgo mayor que el COVID-19: La furia desencadenada de la ultraderecha.
Es obvia la urgencia de frenar una escalada subversiva que a nadie conviene, ni siquiera a la élite oligárquica. El pueblo ya despertó y López Obrador sigue contando con su apoyo. ¿Qué pretende la minoría neofascista? Poner de nuevo a un gerente general de regreso en Los Pinos es impensable, menos por la fuerza.
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