APUNTES… Pasar del asistencialismo a la productividad
23/08/2019 - Hace 5 años en MéxicoAPUNTES… Pasar del asistencialismo a la productividad
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Luego de muchas décadas de concentración de la riqueza en la élite económica y financiera, llegó la hora de corregir este proceso en bien de la sociedad. El presidente López Obrador se refirió al imperativo de impulsar la microeconomía, como una estrategia para lograr que despunte el crecimiento. Es tiempo de hacerlo, antes de que la situación del país se complique por la austeridad, política pública que no se debe prolongar indefinidamente.
La microeconomía se desatendió absolutamente durante el periodo neoliberal, con las consecuencias sociales que seguimos pagando. Para revertir este grave problema es indispensable pasar de la etapa asistencialista a la productiva, de otro modo no habría cambios estructurales de fondo que nos permitan dejar atrás los riesgos de estancamiento con inflación. No hay duda de que los beneficios de los programas sociales del Gobierno son positivos, pero no influyen en el crecimiento ni de la microeconomía.
El segundo año de Gobierno del presidente López Obrador debe mostrar voluntad política para pasar del asistencialismo a la etapa productiva. En este sentido debe encauzarse el gasto programable del año 2020, el cual debe ser el motor de la economía. Es cierto que la tecnocracia dejó el país en ruinas, con la deuda externa más gigantesca del subcontinente y gravísimos problemas estructurales, como la descomposición social y la desigualdad. Por ello mismo es una prioridad poner alto a la austeridad.
Esto no significa soltar el gasto a tontas y a locas, derrochar como si estuviéramos en jauja, sino fijar prioridades que permitan poner en marcha programas en favor de una microeconomía realista y vigorosa. El mercado interno debe ser el primero en reflejar un eficaz aprovechamiento de los recursos públicos, no sólo en el crecimiento del consumo, sino en la apertura de fuentes de trabajo en el sector industrial y en mayor participación de las actividades primarias.
El campo debe ser rescatado del pantano en que se encuentra, porque no hacerlo es condenar a los mexicanos a un futuro incierto y dramático. En lo que resta del sexenio los productores del agro deben ser los primeros en recibir, no ayudas ni apoyos institucionales, sino justicia que redunde en mayor productividad y rescate de tierras para volverlas productivas. Es preciso impulsar un “nuevo acuerdo” con los agricultores y ganaderos, sobre todo del sector social, para que salgan de su postración y desaliento.
En el impulso a la microeconomía está el futuro de México, con la misma fuerza que se impuso al fortalecimiento de la macroeconomía durante el periodo neoliberal. Salir de la pobreza extrema y frenar los riesgos de la descomposición social, sólo será factible en la medida que se generen equilibrios entre los pocos que tienen todo de sobra y los pobres que carecen de lo mínimo indispensable.
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