APUNTES… Romper con viejos moldes no es fácil
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Con el arribo del presidente Andrés Manuel López Obrador se rompieron moldes añejos y obsoletos, de ahí las controversias que despiertan muchas de sus decisiones. Lo que más desconcierta a sus seguidores es que para él no cuenta, o cuenta poco, la ideología a la hora de hacer nombramientos. Su pragmatismo es la esencia de su modo de proceder, hecho que no es bien visto en una nación donde los esquemas moldean el contenido de toda acción política.
Ha sido difícil comprender que para él la estrategia es lo fundamental de su praxis política. Su visión va más allá de lo inmediato, porque sus muchos años de caminar por todo el territorio nacional, por su profundo conocimiento de la historia nacional, por su concepción del mundo, tiene más capacidad para discernir sus intuiciones que un ciudadano común. De ahí que la conformación de su gabinete se haya hecho lejos de la ortodoxia de la izquierda y la derecha.
No buscaba quedar bien con tal o cual grupo de interés, sino reunir a un equipo de trabajo eficaz, que debía serlo por los grandes intereses creados a enfrentar. Por eso sumó a un connotado miembro de la oligarquía, nada menos que como su segundo de a bordo en cuestiones vinculadas con ésta. Asimismo, a un controvertido político de la vieja guardia, con mala fama y mal visto por la Casa Blanca.
Lo acertado de sus decisiones está a la vista, luego de diez meses de una actividad gubernativa fuera de lo común, en un hecho objetivo muy simple: su popularidad como mandatario se mantiene a la alza, caso único en la historia contemporánea de México. Era y es, sin duda, la estrategia correcta para enfrentar al terrible monstruo que le cerraba el paso para poner en marcha su plan de Gobierno.
No era fácil entenderlo, ni lo sigue siendo para los dogmáticos y sectarios de la derecha y la izquierda, pero empieza a ser comprendido por el pueblo, quien finalmente es el que por sabia intuición tiene los ojos abiertos a fin de no errar sus pasos. Por supuesto, ha fallado algunas veces, como por ejemplo en la designación de algunos funcionarios y políticos que no han querido dejar atrás prácticas ajenas o contrarias al proyecto esencial de López Obrador: La lucha contra la corrupción. Fallaron y se han ido.
Lo fundamental en este momento es que avanza, pese a todos los obstáculos que se ha encontrado a su paso, la “Cuarta Transformación”, cuya trascendencia es de tal magnitud que Vicente Fox no ha tenido empacho en precisar que el único objetivo que tiene en esta vida es “romperle la madre”. Por eso es tan controversial el virtual nombramiento de Manuel Espino Barrientos, como “superdelegado” en Durango. Esto porque es bien conocida su trayectoria como miembro destacado de la ultra derecha, ex presidente del PAN a nivel nacional y amigo muy cercano que fue de Fox y Martha Sahagún.
Si aun así lo designó el Ejecutivo, es porque consideró que es la mejor decisión en una entidad federativa sumida en el conservadurismo, en la ausencia de visión estratégica, en la falta de incentivos vitales para el desarrollo. No a todos dejará contentos que se ponga a trabajar con sus credenciales de conservador, pero en su afán de demostrar que su compromiso es con la “4T” podrá servir mucho a Durango.
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