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APUNTES… Un régimen rehén de sus contradicciones

18/01/2021 - Hace 4 años en México

APUNTES… Un régimen rehén de sus contradicciones

Zona de Debate | 18/01/2021 - Hace 4 años
APUNTES… Un régimen rehén de sus contradicciones

Por: Guillermo Fabela Quiñones

Con el inicio de una nueva etapa en la Casa Blanca, comienza para México el calvario que el presidente López Obrador tendrá que remontar sin el apoyo político del magnate Donald Trump, de regreso a su vida normal de especulador inmobiliario. No podía ser más complejo el panorama para el pueblo mexicano, con la pandemia en una espiral de muerte inacabable, sus consecuencias económicas agravadas y, por si algo faltara, las relaciones bilaterales con Estados Unidos entrampadas por el caso del general Salvador Cienfuegos.

Los meses que restan para los comicios de junio serán aprovechados por la camarilla reaccionaria para apuntalar sus intereses, con el jefe del Estado mexicano cada vez más maniatado por sus contradicciones, dejando el campo libre a los conservadores que ya no tienen que preocuparse por cambios que pudieran afectarlos. El capital político que con tanto esfuerzo reunió el Ejecutivo en su larga trayectoria como opositor al régimen oligárquico, se le habrá esfumado para entonces cuando la sociedad mayoritaria vea con claridad que no hay condiciones para el cambio prometido.

Así es por razones objetivas que son fácilmente visibles, entre ellas la voluntad del propio presidente López Obrador de facilitar el trabajo a sus opositores, como lo vemos cotidianamente, mientras se empeña en llevar a cabo políticas públicas que le restan apoyos y lealtades, caso concreto el importantísimo sector de las clases medias, las cuales tienen un peso político importante por su capacidad de interlocución con la sociedad en su conjunto, independientemente de los intelectuales orgánicos.

Podría decirse que con el caso específico del exsecretario de la Defensa, general Cienfuegos, la Cuarta Transformación (4T) entra en franco declive, situación que el propio inquilino de Palacio Nacional pareciera que pretende frenar creando un ambiente de nacionalismo exacerbado, una vez que la Casa Blanca, con el presidente Joe Biden dispuesto a recomponer los daños que deja su antecesor, entre en defensa de organismos fundamentales en su proyecto imperialista, como lo son la CIA y la DEA, este último en abierto enfrentamiento con el Gobierno mexicano.

Tal apuesta sería sin duda muy riesgosa, los costos podrían ser mayores a los beneficios, pues si bien López Obrador aún cuenta con las esperanzas de muchos de sus simpatizantes, al percatarse que no responde a sus necesidades insatisfechas, le darán la espalda. Más aún porque sus opositores cuentan con todo lo necesario para desarrollar una tarea decisiva, aunque el Mandatario minimice sus alcances. Entonces no habrá tiempo para revertir la estrategia, con las elecciones del 2021 encima y con las presiones estadunidenses a todo lo que den.

Esto sin tomar en cuenta las consecuencias del colapso en el sector salud por lo que parece previsible, y no sólo en México sino en muchas partes del mundo. Paradójicamente, esto es lo único que podría favorecer al Gobierno de la 4T, en tanto que la clase política tradicional estaría aún más incapacitada para enfrentar un compromiso ajeno a sus intereses prioritarios. No tendrían los medios para sacar provecho de una situación inmanejable. Es absurdo imaginar a los salinistas de todos los colores realizando trabajos que sólo les reportarían incontables molestias y ningún beneficio.

En este momento, el destino del presidente López Obrador depende absolutamente de su alianza con las fuerzas armadas. Así lo quiso desde un principio, se olvidó del pueblo pensando que podría atender sus necesidades una vez que las élites entendieran que podrían trabajar sin riesgo alguno con él, pero se presentó la pandemia y todo cambió. Perdió un año sin poner cimientos a su proyecto y contar con un escudo protector firme para emprender los cambios prometidos.

El futuro, en este momento, es tan sombrío como lo es la lucha contra el COVID-19, con el régimen de la 4T como rehén de las fuerzas armadas, de la cúpula oligárquica neofeudal y sin una organización política propia que lo pudiera sacar a flote del maremágnum que amenaza convertirse en tsunami. Decir lo contrario sería una necedad tan grotesca como clamar auxilio en un desierto.

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