Batalla de Sayula, la última victoria de la División del Norte
11/12/2020 - Hace 4 años en MéxicoBatalla de Sayula, la última victoria de la División del Norte
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
El 14 de noviembre de 1914, luego de tres meses de tensa calma, se rompieron las hostilidades entre los revolucionarios que acababan de destruir al viejo Estado. Las fuerzas de la División del Norte, a las órdenes de Francisco Villa, iniciaron un avance arrollador sobre la capital de la república. Así empezó la más sangrienta de nuestras guerras civiles, que enfrentó a dos bandos con dos gobiernos, dos propuestas políticas y dos ejércitos distintos: Constitucionalistas y convencionistas. Dos días después, el general Álvaro Obregón, presentó al primer jefe Venustiano Carranza, un plan general de operaciones que preveía la concentración de uno de los dos grandes núcleos de fuerzas en el estado de Jalisco, cuyo mando debería recaer en el propio general Obregón.
La última victoria de la División del Norte tuvo lugar el 17 y 18 de febrero de 1915. Las fuerzas villistas no cesaban en sus intentos por tomar Guadalajara y a principios de febrero de 1915, Villa concentró en Irapuato, una poderosa columna con la que avanzó hasta Jalisco. El 12 de febrero de 1915, Diéguez ordenó una vez más acuartelar toda la división y prepararse para evacuar la ciudad. En esta ocasión el enemigo estaba tan cerca, que en numerosas oportunidades alcanzó la retaguardia constitucionalista produciendo grandes pérdidas, sobre todo en las fuerzas de Enrique Estrada. El General Obregón ordenó por telégrafo, a Diéguez que se fortificara en la Barranca de Beltrán y en Atenquique, pero el 17 de febrero los villistas alcanzaron al Coronel Quiroga, por lo que el combate se generalizó en la Cuesta de Sayula. Aguirre y Abascal se atrincheraron en una loma llamada de los magueyes e informaron a Diéguez que ambos flancos habían quedado descubiertos.
Los villistas cargaban cada media hora y aumentaban paulatinamente sus fuerzas pasando de dos mil 500 a seis mil soldados de caballería. Hacia las 23:00 horas, todo el flanco derecho habla sido arrollado, la columna estaba a punto de partirse en dos y producir una verdadera tragedia. Aunque el flanco derecho fue reforzado al día siguiente por tres batallones al mando de Baca Calderón y Enrique Estrada, durante la noche siguieron llegando refuerzos a los villistas, quienes alcanzaron a superar por los flancos en proporción de tres a uno a los constitucionalistas, pero por el centro la superioridad era de cinco a uno. En esos momentos las fuerzas del General Francisco Villa sumaban casi 15 mil hombres y sus continuas cargas llegaban tan sólo a 20 metros de la línea de infantería, siendo rechazados cada vez con mayores dificultades. Después de más de 24 horas de combate, los cinco mil hombres de Francisco Murguía no habían entrado en acción, haciendo más contundente la superioridad villista. A las 00:00 horas, del día 18, la vanguardia constitucionalista se quedó sin municiones y dos horas después el enemigo abrió un hueco de 1.5 km entre las tropas de Abascal y las de Aguirre. En ese momento llegó la orden de Diéguez de retirarse y reunirse en Colima, la columna se disolvió para no ser aniquilada y cada jefe escogió la ruta más conveniente. Un grupo de simpatizantes fue a felicitar al General Villa por su triunfo y éste, bastante molesto, les dijo: “No señores, no cabe su felicitación porque con otra victoria como ésta se acaba la División del Norte”, y tenía razón, pues si bien es cierto salieron victoriosos, se perdieron muchas vidas, caballada y armamento.
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