CALEIDOSCOPIO… Eran los tiempos del Coronavirus
Por: Socorro Soto Alanís
El país y el mundo vivían jornadas intensas de movilización organizadas por las mujeres que pedían a gritos alto a la violencia y discriminación contra su género, las redes cibernéticas se saturaron de mensajes, consignas, fotografías de las marchas y reportes, en esas estábamos, cuando otro suceso nos estremeció y se apoderó de la agenda personal, familiar y mundial: La propagación del Coronavirus.
Como su nombre lo indica es un virus, un parásito intracelular en forma de corona que necesita de células vivas para reproducirse, después de 14 días muere, de ahí la emergencia de cuidarnos en México y lograr que su propagación sea limitada y no exponencial. Es una batalla biológica social contra el COVID-19. Nos responsabilizamos e inmovilizamos todos y sacamos la capacidad de resistencia, o si hacemos lo contrario y prevalece el “valemadrismo” tan mexicano, las consecuencias pueden ser catastróficas.
El origen de los virus, dícese, es paralelo a la vida de los seres humanos, cargamos con distintas clases y nos adaptamos mutuamente. En cuanto al Coronavirus lo que parece ser, es que el contagio fue de un murciélago a una persona en un mercado de animales salvajes de Wuhan, China, epicentro de la pandemia. De ser así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tendrá que tomar cartas en el asunto.
El país más afectado es Italia, la zona de Piamonte, puede ser por su población de adultos mayores y porque no cumplieron con el protocolo que se requería. Son conmovedores los videos de músicos que cantan y animan desde sus balcones. El impacto que generan los artistas, es una vez más de vital importancia para las sociedades.
En el mundo, se reportan 750 mil casos confirmados y más de 36 mil defunciones. El virus se encuentra en 186 países de casi todas las regiones del mundo. En México se confirman mil 378 casos y 37 defunciones. Las próximas dos semanas exigen la responsabilidad de todos con las medidas que nos han dicho, ya que estamos en el límite de la fase 3, que es muy peligrosa por el contagio. Faltan las consecuencias económicas, políticas y sociales, que deben de ir a la par de reacomodos sociales para un México y mundo más justo y equitativo. La humanidad se estremece ante esa partícula pequeña, invisible y mortal, para recordarnos y advertirnos tantas cosas. Y yo que creí que la peste era asunto de la Edad Media.
@cocosotoalanis