Por: Socorro Soto Alanís

La pandemia del siglo XX lleva ya varios meses y en algunos países empieza a domarse. En México de acuerdo a estadísticas lleva ya noventa días, suponiendo que llegó al país entre el 23 y 28 de febrero. Se supone que a partir del día cien, el virus empezará a ceder, por lo cual estamos en los días más graves.

Algunos países ya empiezan a relajar las medidas de aislamiento y a abrir algunas áreas estratégicas; desde luego la económica. Empresarios trasnacionales, medianos y pequeños están ansiosos por no perder más capital del ya perdido y en pleno siglo XXI la economía y las finanzas exigen su activación. Así se irán abriendo otras esferas, hasta volver a la nueva normalidad.

Corresponde a cada persona cuidarse y luchar por su propia vida, cuerpo a cuerpo contra el virus que tiene en el mundo a 5.7 millones de infectados y han fallecido 356 mil personas, según la OMS. En México han fallecido más de nueve mil personas.

Las crisis suelen ser oportunidad para las personas y para las sociedades; más si como decimos que somos sociedad posmoderna, civilizada, con el uso de tecnologías de punta y globalizada. Habemus quienes proponemos agregar otras características: Sociedad equitativa, feminista, igualitaria, defensora de los derechos humanos, ecologista, incluyente, pacífica y sin pobreza.

Arduas tareas pospandémicas, que ocupan las mejores características del ser humano: Inteligencia, talento, pasión, metodología, diálogo, propósitos comunes y así construir un mejor mundo, un mejor país y un Durango que avance contra la historia de rezago. Las horas de aislamiento deben servir para reflexionar y proponer.

Uno de los mayores problemas del mundo actual y que se recrudece en México es la pobreza, la concentración de la riqueza; los mejores economistas lo han dicho en todos los foros por más de treinta años. Hasta el papa Francisco pidió a los líderes del mundo “luchar contra la desigualdad” y atacó el capitalismo desenfrenado, “no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata. Es la nueva tiranía”

En la década de los ochentas, México adoptó el Consenso de Washington que exigió que los países periféricos adoptaran las políticas del FMI y del BM, a casi cuatro décadas los resultados son catastróficos.

En México se han gastado 824 mil 996 millones de pesos en los programas del Gobierno federal para combatir la pobreza: Solidaridad con Salinas de Gortari, Progresa con Zedillo, Oportunidades con Fox y Calderón y Prospera con Peña Nieto, con los resultados de que para 2018 se registraran 52.4 millones de pobres. Sí hay cosas que cambiar en la pospandemia.

Twitter: @cocosotoalanis