Cuentas publicas
Por: Emmanuel Salazar
La revisión anual de las cuentas públicas deja un dejo de frustración e insatisfacción para los reporteros de la fuente debido a que desde hace años, los dictámenes que se anexan de forma pública no son, ni por equivocación, un ejercicio transparente.
En el pasado, los documentos que anexaban en el dictamen permitía a los medios de comunicación establecer con mayor detalle las presuntas anomalías en las que se había incurrido como para que la oposición criticara y rechazara, aunque la mayoría aprobará dicho documento.
Desde hace unos años a la fecha, las cuentas públicas no son documentos que permitan el escrutinio de los medios de comunicación, los cuales se deben conformar con la declaración de los integrantes de la comisión de Hacienda sobre qué tan irregular estaba el ejercicio del gasto en tal o cual municipio.
Un ejemplo de esa circunstancia sin duda ha sido que se rechace la cuenta pública del municipio de Hidalgo, Pánuco de Coronado y Súchil, así como San Bernardo, pues las observaciones superaban el máximo de 15 por ciento sobre el total del presupuesto ejercido, una práctica parlamentaria sin sustento jurídico alguno, que sirve únicamente para que lo alcalde se cuiden de no sobrepasar el famoso 15 por ciento en observaciones para poder seguir con cuentas de dudosa justificación.
Según el diputado Ivan Gurrola, en el caso de Hidalgo se le observaron 20 millones de pesos, cuando ejerció cerca de 24 millones de pesos, y cuando se revisa el dictamen, apenas se alcanza a leer que no se aprueba el balance presentado sin mayores detalles.
En el pasado daban mayores indicios sobre qué había ocurrido para que la Entidad de Auditoria Superior del Estado y el Congreso del Estado decidieran rechazar la cuenta. Hoy no.
Muy deseable sería retomar la buena práctica del pasado que daba mayores datos sobre las presuntas anomalías detectadas por la Entidad, pues de esa manera los medios de comunicación tenían mayor idea de qué preguntar a los alcaldes que eran señalados y cuyas cuentas no eran aprobadas.
Ese ejercicio recuerdo que permitió saber, por ejemplo, que en el municipio más pobre de Durango, Mezquital, su alcalde llego a comprar una camioneta de lujo para transportar al presidente municipal.
Hoy en plena «Cuarta Transformación» se desconoce de esos excesos en los que se llegan a caer como para que se niegue la aprobación de la cuenta pública.