Por: Edgar Burciaga

El pueblo no se equivoca, quienes toman malas decisiones son los gobernantes que buscan su beneficio y se olvidan de quienes los eligieron, como lo señala el presidente Andrés Manuel López Obrador en su libro “Hacia una Economía Moral”, donde no teme hablar de valores y que busca reivindicar a la política como una profesión digna, y al Estado como un garante de derechos.

Para López Obrador, el Estado es promotor del desarrollo, sobre todo considerando que México es un país con desigualdad y falta de crecimiento, con una decadencia a consecuencia de la falta de oportunidad y desarrollo, por lo que plantea una política económica para resolverlo, al buscar apoyar la economía popular; fortalecer el mercado interno; impulsar proyectos para el desarrollo regional; fomentar la participación de la iniciativa privada; e intensificar el comercio exterior y la captación de inversión extranjera.

Así presenta el fundamento de la política que impulsa su Gobierno, el modelo alternativo a lo que se aplicó en el periodo neoliberal y que, en repetidas ocasiones ha manifestado que fue algo fallido. La corrupción fue por mucho tiempo el principal problema de México, y en nuestra historia se registran infinidad de casos sobre este fenómeno económico y político que, de manera absurda e interesada, ha sido calificado como social o cultural.

Para AMLO la corrupción es el capitalismo de cuates, es decir el influyentísimo de una minoría que se ha lucrado con su cercanía al poder, y este es el principal problema. Eso es también un problema de los estados, que deben de erradicar la búsqueda de negocios al amparo del poder y el saqueo del erario público.

Es tiempo de poner orden, el que no quiera entender, tendrá que asumir las consecuencias y sobre todo, saber que la verdadera transformación en nuestro país ya no se detiene.

En la teoría, la Economía Moral consta de una serie de mecanismos redistributivos y de ayuda recíproca, comunitarios y familiares, que constituyen una cierta red de seguridad social: Intercambios no comerciales de alimentos, como donaciones a los necesitados, acuerdos de compartir alimentos a cambio de compartir trabajos, préstamos de alimentos, con campos y graneros comunitarios, normas para labores colectivas, etcétera.

Y eso es lo contrario a lo que de acuerdo al Presidente, vivimos los mexicanos en el periodo neoliberal, en 36 años se saqueó a nuestro país como nunca y los resultados fueron de más pobreza, más desigualdad, más inseguridad, más violencia, y mucho más corrupción. Y ya no más.

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