Por: Iván Soto Hernández 

El gobernador José Rosas Aispuro Torres no construyó con tiempo la sucesión de su mandato, razón por la cual le ha caído como anillo al dedo la posibilidad de que sigan aliados el PAN, PRI y PRD en los comicios del año entrante.

Durante un par de años, un poco más, las señales de Aispuro eran muy marcadas a favor de impulsar la figura de Carlos Maturino Manzanera como proyecto hacia la sucesión, sin embargo, no le funcionó mucho la inversión pues el perfil no creció.

Mientras tanto, otros cuadros aispuristas que pudieran haber experimentado crecimiento se quedaron cortos a estas alturas del sexenio por falta de apoyo, de tal suerte que, a unos meses de comenzar la elección de candidato a gobernador dentro del grupo en el poder, la incertidumbre y la indefinición prevalecen en este sentido.

Muchos son los que han dicho algo muy cierto: no hay 2022 sin 2021. Es decir, aunque parezca una jugada de mucho peligro, el candidato y el proyecto de sucesión del año entrante se definirán a partir de los resultados del 2021 o eso parece.

Pero es un albur jugársela muy hasta el final, a diferencia de un Ismael Hernández Deras, que desde siempre construyó la sucesión en Jorge Herrera Caldera; o el propio JHC quien en su sexenio hizo lo propio depositando toda su herencia política en Esteban Villegas Villarreal.

En estos momentos, a reserva de lo que pudiera ocurrir en una coalición con el PRI y el PRD, en el Partido Acción Nacional parece que hay cuatro opciones a la gubernatura, y nada más:

1.- Héctor Flores Ávalos: el Secretario de Gobierno llegó como parte de los acuerdos con grupos del panismo que lidera el CEN blanquiazul, y aunque empezó irrumpiendo con gran dinamismo y chispa política, poco a poco se fue enfriando su perfil y al no participar en la contienda del 2021 corre el riesgo de no ser tomado en cuenta para el año entrante, por tratarse de un cuadro al que básicamente le estaría haciendo falta más tiempo de exposición y de posicionamiento como para levantar la mano de la sucesión.

2.- Jorge Salum del Palacio: al alcalde de Durango muchos lo han jubilado de la política de corto plazo a partir de sus padecimientos de salud y los problemas que ha tenido para gobernar. Sin embargo, Salum se ha percatado que necesita alimentar su perfil y no bajarse de la contienda interna pues el escenario genera una coyuntura ya que no hay nada para nadie dentro del PAN, de tal suerte que las primeras giras que está teniendo Jorge con la militancia panista de otros municipios parece una reacción tardía, pero en una de esas será necesario estar activo y vigente para la foto.

3.- Jaime Rivas Loaiza: el secretario de Bienestar en el Estado es el cuadro más cercano en amistad a Aispuro Torres, sin embargo, hay quienes señalan que no construyó en el sexenio con el panismo, sino que se abocó más a relacionarse y hacer la función de pivote político del Gobernador con otras fuerzas partidistas, y es por eso que dentro del PAN se complica su nominación pues ya se vio este 2021 que su jefe y amigo no pudo o no quiso ponerlo ni en la lista pluri del blanquiazul.

4.- Javier Castrellón Garza: el candidato a diputado federal por el Distrito 02 es el único cuadro que en estos momentos hace campaña para una curul en el Congreso y con una veladora encendida para que su jefe el actual Gobernador le pueda dar la confianza de postularlo como abanderado panista a la gubernatura. El riesgo de que los adversarios lo puedan identificar en esa doble ruta es que se le alineen los rivales para quitarlo del camino desde este 6 de junio para que prácticamente con ello lo dejen fuera del 22.

Ahora en el PAN de Aispuro están viviendo los estragos de no impulsar varias opciones para la gubernatura estatal, y por el contrario concentrar muchas energías en un perfil que no creció. Así que, muy probablemente se cumpla el presagio de que el proyecto del 2022 saldrá de los resultados del 2021. Ya se verá.

Soy Iván Soto, nos vemos diariamente a través de la multiplataforma de En Vivo Durango.

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