Por: Quetzal Herrera

La recesión económica mundial por la que estamos atravesando, y que cada día será más intensa, derivado de la pandemia por el Coronavirus, provocó distintas reacciones principalmente de quienes tienen la manera de tomar decisiones, en este caso fueron los empresarios que forman parte del Consejo Mexicano de Negocios quienes el pasado domingo anunciaron un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para implementar 30 mil créditos a micros, pequeñas y medianas empresas, lo que ocasionó la molestia del Mandatario federal, quien descalificó este proceder entre los involucrados; “no me gustan los moditos” fueron las palabras de López Obrador en su clásica “mañanera”.

En este momento de incertidumbre, estas empresas no cuestionan el origen de los apoyos para garantizar su negocio y su planta laboral, no son momentos de distinguir o condicionar una oportunidad que tendrán para poder sobrellevar de alguna manera la crisis económica en la que estamos ya inmersos, si es de la iniciativa privada o del Gobierno quizá es lo de menos en una situación de desesperación, porque de lo que se trata es de generar esas condiciones para sobrevivir como empresa, incluso, este planteamiento sería a través de un fondo revolvente que le permitiría a los negocios obtenerlo hasta en cuatro ocasiones durante un año, y con ello generarles la posibilidad de tener liquidez para irlo pagando para renovarlo; ya que en este momento se habla de que el BID podría disponer de tres mil millones de dólares para esta 30 mil empresas, por lo que de concretarse sería una bocanada de aire fresco para muchos MIPyMES en el país.

Este acuerdo no necesita el aval de la Secretaría de Hacienda ya que no se trata de un endeudamiento del recurso público, ya que es entre particulares, y según el Consejo Mexicano de Negocios con eso basta para su implementación; y de aprobarse sería un importante antecedente que sea la Iniciativa Privada quienes generen estas condiciones, y por parte de los gobiernos me parece que deberá ser bien recibida esta propuesta, finalmente no son competencias ni se busca quién hace mejor y más rápido las cosas, son tiempos de unidad en todos los sentidos, y en el económico más si consideramos que oficialmente desde el 28 de febrero y hasta el 30 de mayo millones de Mipymes han estado bajo una enorme presión, 90 días son difícilmente soportables cuando tienes salarios que pagar sin recibir ninguna entrada de recurso, por lo que estas acciones solidarias no deben traer repercusiones administrativas, ni mucho menos políticas en México.

Creo que lo que deberá hacer el Gobierno Federal, al lado de los empresarios, es llevar a cabo un padrón para la entrega de estos créditos, y los que vaya implementando la Federación puedan también llegar a otros pequeños negocios que no formen parte de las cadenas de valor, o que no estén afiliadas al consejo en mención, y con ellos el espectro de ayuda sería más amplio y no se duplicarían los apoyos, pues seguramente habrá quien también abusando de la situación obtenga dos o más esquemas crediticios, y aquí de lo que se trata es de que llegar a todo el territorio nacional; son momentos en que crear las condiciones para una estabilidad económica no son compromiso ni culpa de nadie, todos debemos apostarle en algo desde nuestra trinchera.

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