Por: Quetzal Herrera

El pasado 7 de noviembre, el Senado de la República llevó a cabo la votación para elegir, de una terna, al o la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), órgano garante de los derechos que tenemos como mexicanos que defiende, entre otras cosas, la libertad que tenemos para expresarnos de los asuntos que atañen a nuestra nación, y por este tipo de propósitos, quien lo dirija deberá ser un perfil que no obedezca a ningún tipo de ideologías políticas, que en la toma de decisiones de ninguna manera influya la “víscera partidista”, pues la bandera de la equidad y pluralidad deberá ser fundamental en el trabajo a desarrollar; primer señalamiento a la designación de Rosario Piedra Ibarra, hija de una destacada líder de la izquierda en nuestro país.

Posteriormente vino la duda respecto a la votación que se había emitido, pues resulta que para ocupar el cargo se necesitan las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión de la cámara alta, y tras lo apretado de la numeralia, incluso señalaron los legisladores del Partido Acción Nacional que hubo dobles votos, al término del conteo ese día el propio coordinador de los morenistas, Ricardo Monreal Ávila, había dejado en claro que no se podría reponer el proceso como lo señalaban sus compañeros, puesto que era un “hecho consumado”, dejando muy clara la postura que quienes perdieron deberían respetar los resultados, ya que legalmente no era posible.

Independientemente de quien resulte ganador, ayer a medio día el propio senador oriundo de Zacatecas confirmó ante medios de comunicación que se habría de reponer el proceso, decisión políticamente acertada, y argumentó que son una fracción que le apuesta a la transparencia, que este fin de semana sostuvo encuentros con legisladores de otras corrientes partidistas, incluso al interior de su partido, Morena, y se llegó al acuerdo de realizar de nuevo esta votación; decisión que habla de dos cosas en paralelo, por un lado es probable que ahora sí se haya hecho el cabildeo suficiente para tener la seguridad de ganar sin ningún problema, pues para haber aceptado reponer el proceso me parece que es porque ya definió, acordó y confía en que de manera contundente su candidata, Rosario Piedra Ibarra, ganará de nuevo.

Por otra parte, esto también nos habla que al aceptar llevar a cabo la votación de nuevo, quizá es porque sí hubo algo que generaba esa desconfianza y por ello tratará de nuevo atender la encomienda de que gane la candidata “oficial” a la CNDH. Como haya sido me parece una decisión acertada de Monreal Ávila, pues de tener el control de su fracción y algunos otros senadores aliados, sin duda obtendrá el triunfo, y al ser contundente quienes lo señalaron no tendrían otra opción que aceptar su derrota, por lo que de ambos bandos se deberá “tejer fino” para completar los votos suficientes.

Una de las solicitudes que hicieron los senadores panistas, y que fue rechazada por la mayoría morenista, fue el hecho de hacer que la votación no fuera en papeleta y urna transparente, pues eso provoca no conocer el sentido de los votos de cada legislador, y pedían que fuera a través del tablero electrónico, donde cada voto se refleja de manera pública y así conocer en qué sentido emitieron su sufragio; esta petición desde luego fue rechazada porque en efecto, la reglamentación marca que es a través de la urna, es decir, cada quien se queda con el voto en su conciencia.

Twitter @QuetzalH