Por: Quetzal Herrera

A pesar de todas las circunstancias que nuestro país ha vivido, primero por la llegada de la pandemia, perjudicando estructuras ya encaminadas como la económica, las dificultades para la compra y traslado de las vacunas, hasta llegar a la programación de un esquema de vacunación para inmunizar al mayor número de ciudadanos, creo que no podemos negar que quienes forman parte del sector médico, voluntarios y personal que se encuentra en los centros de vacunación, realizan una muy noble actividad, y son quienes hasta hoy, los que hemos tenido la fortuna de recibir el biológico, vemos en todos ellos unos verdaderos “guerreros”, pues han pasado días completos desempeñando su actividad.

Hoy escribo desde mi propia experiencia al recibir la vacuna AstraZéneca esta semana, y es que en verdad mi reconocimiento a todo el personal que desde la llegada, como los elementos de vialidad, en un primer filtro también de seguridad pública, en el interior de la velaria los servidores de la nación, la Guardia Nacional, personal de Salud estatal, estudiantes de la UJED y jóvenes voluntarios pertenecientes al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, le brindan a cada ciudadano la posibilidad de acceder a esto que por casi un año y medio millones de personas hemos estado esperando.

No podemos negar que este esquema de vacunación ha pasado por etapas que han sido criticables, por razones políticas y hasta de logística por el retraso en cuanto a los laboratorios que no terminan de surtir lo que México les compró, pero me parece que todo eso se olvida al ver los rostros de quienes desde el ingreso a las instalaciones de la feria, y hasta permanecer en observación, se puede contemplar, hablamos de que esos minutos, quizá horas en algunos casos, representan para los mexicanos la posibilidad de obtener protección ante el Coronavirus, a sabiendas que ello no garantiza que no podamos contagiarnos, pero sí de que al llegar a suceder no sea con consecuencias que lamentar; una esperanza en los ojos de cada persona que apenas se distinguen por encima de los cubrebocas, porque estar ahí es seguro que algo nos une, las ganas de poder “sortear” esta pandemia de la mejor forma.

Y justo hoy se torna más indispensable, primero porque estamos inmersos en la tercer ola de contagios, con algunas variantes que han resultado más contagiosas, por lo que hablar de la nobleza de las personas y de sus acciones al estar al frente de todo, implica dejar de lado cualquier asunto político o partidista, se trata de la vida de millones de personas que como yo han estado contando los días para asistir a su vacuna, tener una esperanza en medio de tantos casos que han enlutado a muchas familias, y que esto, según estadísticas, continuará gran parte de este año; por ello quien aún piensa en no vacunarse, o tomar esto a la ligera con ese relajamiento social en cuanto a las medidas, creo que no es la ruta adecuada.

Desde este espacio expreso mi reconocimiento al Gobierno federal, al estatal y al municipal, por trabajar de forma coordinada, a los hombres y mujeres que con todos los riesgos que implica, están haciendo su mejor esfuerzo, tratando a todas las personas sin distingos de credo, posición social o ideología política, todos tenemos el derecho de recibir las vacunas, pero vale la pena subrayar que el trato y la metodología que se usa, hablan de la nobleza y preocupación de todos los involucrados, y es digno de decirse.

Twitter: @Quetzalh