Por: Quetzal Herrera

Aunado a todos los acontecimientos que de manera natural ha generado la pandemia por el Coronavirus a nivel mundial, las consecuencias económicas aún no se han precisado por parte de los expertos, lo que sin duda será el siguiente reto que como mexicanos y duranguenses debemos estar unidos en la medida de nuestras posibilidades, pues en el caso de los sectores productivos ya están visualizando los efectos en la disminución del poder adquisitivo en la sociedad, mientras que en algunos otros aún están a tiempo de considerar este fenómeno que se presentará tras la crisis para hacer los ajustes necesarios de manera anticipada y evitar pérdidas en la producción de este año, que sin duda la comercialización ya da muestras de ser atípica.

En el caso del sector ganadero duranguense, en este momento enfrentan un fenómeno que no era tan común que se diera previo a esta pandemia, pues a pesar de que representa una pérdida mínima de aproximadamente el cinco por ciento para los ganaderos, al final es pérdida, y es en lo relacionado a las vísceras que se han ido acumulando sobre todo en ciudad pecuaria, pues la venta de estas partes de las reses ha bajado de una manera considerable, producto de los negocios de comida que los comercializan y que en este momento se encuentran cerrados; porque finalmente el productor trata de sacarle la mayor ganancia a todas las partes de una canal. A pesar de que la venta de carne también ha bajado, aún se mantiene en un nivel estándar, de acuerdo a las fuentes consultadas, pero aún no ha impactado de manera negativa. Con lo anterior también se está generando una situación de contaminación con la alta acumulación de estos ahora desechos ahí donde matan a los animales, pues también algo deberá estarse considerando por parte de las autoridades sanitarias, un esquema para solucionar este asunto.

Quienes aún están a tiempo de hacer una valoración real de la conveniencia de invertir, o de buscar los apoyos por parte de las autoridades de los tres niveles de Gobierno, es el sector agrícola de temporal, quienes previo al inicio del ciclo pluvial preparan las tierras para la siembra y posterior cosecha, y en este momento tendrán que considerar que a pesar de tener una buena producción el asunto será en la posibilidad real que tendrán de vender lo que cosechen, y valorar lo redituable que sería la inversión en este momento y no poder acomodar a precio mínimo de ganancia y no pérdida. Y en este sentido ojalá se puedan crear esquemas para que los agricultores de la entidad tengan el respaldo para bajar sus costos de producción, sin perder la calidad, pero también la certeza de que sus ventas estarán respaldadas por programas alimentarios provocados de la federación o del Gobierno del estado, es momento de crear las condiciones favorables para lo que viene a futuro.

Algo similar pasaría con el sector frutícola de Durango, específicamente en el caso de la manzana, pues a pesar de ser una época temprana para valorar el volumen de producción para este año, el clima hasta el momento ha ayudado, aunado a algunas estrategias de riego que les han asegurado comenzar el proceso previo a las lluvias; desde luego también aquí dependerá en gran medida del poder adquisitivo que resulte tras la pandemia, por lo que desde ahora los productores tiene la posibilidad de ir generando las alternativas, así como el hecho de considerar los apoyos del Gobierno para el sector; aquí también se trata de apoyar a quienes dependen de lo que producen.

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