Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Se encuentra un campesino con la peste y le pregunta: ¿Peste a dónde vas? La peste contesta: Voy a la ciudad a matar 500 personas. Días después se vuelven a encontrar en el camino y el campesino sumamente molesto le reclama a la peste: Eres una mentirosa peste, me dijiste que ibas a la ciudad a matar 500 personas y mataste cinco mil.  Muy serena la peste le responde: Efectivamente yo maté 500 personas, los demás se murieron de miedo.

Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen es todavía desconocido. Gran parte de ellos no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. El Coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona, pero realmente que hay detrás de este fenómeno que tiene a una parte del mundo de rodillas.

Paso 1.- Bill Gates anuncia que está próxima una pandemia. Paso 2.- Netflix pasa una serie con el tema de una pandemia que inicia en China. Paso 3.- Los Estados Unidos siembran el Coronavirus en la provincia de Wuhan, China para crear una crisis y frenar el desarrollo de su principal rival económico. Paso 4.- Se empieza a extender en pocas semanas por toda China y a otros países a través de viajeros, esto al parejo de una intensa propaganda mediática de miedo en todo el mundo pagada por los interesados. Paso 5.- Habiendo varios países con personas infectadas, la Organización Mundial de la Salud hace su parte y declara al coronavirus pandemia mundial. Paso 6.- A consecuencia de todo lo anterior, cae el precio del petróleo, se devalúan las monedas del mundo y cae el mercado bursátil. Paso 7.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrece las bendiciones de sus millonarios y salvadores préstamos a los gobiernos del mundo.

Después de estos siete pasos sigue el milagro, o sea que la economía del mundo se salvará otra vez pasada la contingencia del Coronavirus gracias a la generosa ayuda del FMI que nos sacará de la crisis a todos, pero dejará a los países (sobre todo los más pobres) más hundidos de lo que ya están y con su presupuesto comprometido para el futuro. Las excepciones a este escenario perverso y macabro en donde los seres humanos son lo que menos interesa, serán los países que no son títeres del imperio, o dicho de otra manera de los que inventaron y propagaron esta sicosis.

Con estos antecedentes, la posición que ha asumido el presidente Andrés Manuel López Obrador, es muy digna y admirable, pues ya le dijo al Fondo Monetario Internacional que nuestra nación tiene un colchón suficiente para solventar la crisis del famoso COVID 19. Cuando la llamada “pandemia” concluya su fase crítica, el Gobierno de México será reconocido por haber enfrentado el Coronavirus sin haber cerrado sus fronteras, sin haber generado pánico, sin haber pedido dinero prestado al FMI, sin detener actividades productivas y sobre todo sin contagios ni muertes masivas.

En consecuencia, la imagen del Presidente de la República seguirá manteniéndose en niveles alto de aceptación, por eso los que se oponen a sus políticas públicas se encuentran desesperados y mezquinamente desean que ocurran contagios masivos e incontables fallecimientos. Lo único que les importa y realmente les obsesiona es volver a tener el poder para seguir haciendo de las suyas. Afortunadamente México despertó el 2 de julio del 2018, y de la mano de Andrés Manuel López Obrador los mexicanos ya sabemos lo que queremos.           

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