Por: Alberto de la Rosa Olvera

Cada que se aproxima una sucesión gubernamental, abundan los aspirantes al poder estatal. Pocos son los que en verdad tienen alguna posibilidad, los más, solo se inscriben para ingresar a los juegos de la negociación en aras de obtener o conservar sus privilegios, que van desde mantenerse en la nómina, acomodar familiares u obtener proveedurías en el próximo Gobierno.

Basta con echar un vistazo alrededor y podemos identificar a personajes que se destaparon para pretender relevar a José Rosas Aispuro, que, por lo menos ya tienen tres sucesiones en las que participan sin logro aparente, pero desde entonces, se mantienen pegados en la ubre presupuestal.

Por ello es que no se renueva la clase política, solo se recicla cada seis años y por eso el descontento popular en ver en la palestra a los mismos de siempre, porque estos, los mismos de siempre, terminan acomodándose en el pandero político para volver a levantar la mano el sexenio siguiente.

Y es que estos políticos reciclables, son diestros en la generación de percepción con acaparar los reflectores de los medios de comunicación, en fomentar la intriga y la división con amagos de abandono de las filas partidistas y en sembrar rumores de que tienen la bendición de quienes mandan en el centro del país, pero en la realidad no tienen absolutamente nada.

Por todo lo anteriormente expuesto, conviene refrescar la clase política de nuestra entidad federativa. Ya transitamos de gobiernos de foráneos a los originarios de Durango y no pasó absolutamente nada. Igualmente pasamos del Gobierno de los viejos al poder de la juventud y fue exactamente lo mismo, pues comprobamos que la estulticia y la falta de pericia en el manejo del poder no respetan edades. Se dio paso a la alternancia y todo quedó en buenas intenciones. ¿Ahora qué experimentarán los electores duranguenses?

Las encuestas pagadas que se difunden en las últimas semanas, así como el humor social, denotan que Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) está en amplias posibilidades de ganar la gubernatura el año entrante. El Partido Acción Nacional (PAN) sufrirá el desgaste natural de los gobernantes actuales y al Partido Revolucionario Institucional (PRI) no le alcanza ir solo en la contienda; no obstante, para que el partido de Andrés Manuel López Obrador tenga éxito, dependerá de la construcción de acuerdos y que no caiga en el juego de las ambiciones personales o de grupo.

Lamentablemente, no ha surgido un proyecto ciudadano que rebase a los partidos tradicionales y que incidiera en esa renovación de la clase política para que no sigan los mismos de siempre, pero lamentablemente, estamos muy lejos para que esto llegue a suceder en nuestra entidad federativa.

Twitter: @MtroDelaRosa