Por: Fhernanda Simental L.

El pasado 25 de noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que anualmente sirve para denunciar la violencia que se ejerce en todo el mundo contra las mujeres y demandar políticas que erradiquen la violencia, sin embargo, Durango, donde se han registrado 14 feminicidios en el año y donde la autoridad no ha hecho nada sobre las alertas de género que tiene desde hace dos años en 16 municipios (tal como lo ha expuesto la activista y feminista Julieta Hernández Camargo), ahora se le suma las intenciones misóginas de un grupúsculo de personas acomplejadas que, pretenden afectar, juzgar y someter a las mujeres, privándolas de derechos y libertades.

Como mujer, ODIO cuando los hombres expresan con victorioso machismo: “El peor enemigo de una mujer es otra mujer”, frase detestable a todas vistas, sin embargo, hay hechos lamentables que tristemente les dan la razón. Desde hace mucho, a las mujeres se les enseña que otras mujeres son su competencia y que, para ganar la complacencia masculina, deben arruinar a la otra. Muchas caen en esta trampa, llegando incluso a callar y hasta justificar los abusos masculinos.

Como lo explica la abogada y activista Verónica Valeria De Dios Mendoza: “Se habla de empoderamiento femenino y lo que se ejerce en realidad es autoritarismo y violencia intra-género. El patriarcado opera no sólo con la oposición de hombres contra las mujeres, sino también, de manera crucial, poniendo a las mujeres políticamente correctas en contra de mujeres, que no encajan en el absurdo molde social. En este sentido, las etiquetas que son creadas por el sistema para mantener a la mujer en un estado de subordinación, son utilizadas por las mismas para ganarse la aprobación social, desacreditar o incluso acceder a puestos de poder”.

¿Y a qué viene todo esto y qué tiene que ver con Durango?, Bueno, amigas y amigos, pues a la nota que trascendió la semana pasada, donde la tristemente célebre presidenta municipal de Canatlán, Dora González Tremillo se le “ocurrió” en la Ley de Ingresos que presentaron para su aprobación ante el Congreso del Estado, multar a todo aquel comercio, bar o antro, que le vendiera bebidas alcohólicas a las mujeres.

¡En pleno siglo XXI, una mujer le prohíbe a otras mujeres tomar alcohol!, y aunque esto parece inconcebible, el municipio de Lerdo, encabezado por Homero Martínez hizo exactamente lo mismo que su homóloga canatleca de extracción panista. Al exponer la absurda intención recaudatoria, el diputado local, Iván Gurrola, calificó de absurda, machista, misógina y discriminatoria tal intención.

Dijo San Agustín: “Una vez al año es lícito hacer locuras”, ¡Pero no se pasen!, ¡Canatlán y Lerdo qué vergüenza y que visión tan retrógrada y decimonónica! Peor aún, que haya sido una mujer la que propuso tal absurdo, de un partido, el Partido Acción Nacional (PAN), que por primera vez en su historia local lo preside una mujer que vergonzosamente se ha quedado callada ante la fatal metida de pata de su Alcaldesa.

Ojalá poco a poco una nueva conciencia crezca en el pensamiento femenino y se deje en el olvido las prácticas de sabotearse y poner el pie una mujer a otra, solo con el fin de buscar la aprobación masculina, sobre todo en las mujeres que tienen un puesto de poder como el caso de la Alcaldesa de Canatlán, quien aunque justificó fue un “error de dedo”, lo cierto es que si eso se contempló en un borrador, es porque está latente una intención de opresión.

Twitter: @Fher_Turkita