Por: Fhernanda Simental L.

Para una sociedad tan desmemoriada como la duranguense, siempre me ha parecido primordialmente importante el cuidado de su escaso acervo cultural, pero sobre todo lo que tiene que ver con los archivos históricos, ya sea en documentación, fotografía, audio, celuloide o video, por ello me parece importante la inauguración que se hizo el pasado viernes de la Filmoteca de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED).

Aunque si bien la inauguración fue virtual y lamentablemente no se le hizo casi nada de promoción a este importante evento, pues los que nos enteramos casi casi fue por casualidad, la apertura oficial contó con la presencia a distancia de importantes figuras del área, como Hugo Villa Smythe, director de la Filmoteca de la UNAM; Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional; Mónica Lozano, Presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, así como Juan Antonio de la Riva, Presidente de la Sociedad Mexicana de Directores.

Que la UJED haya decidido dar este paso es sumamente importante para Durango, no sólo por lo que significa, sino porque se ve un interés genuino de rescatar toda esa memoria audiovisual de nuestro estado que ha estado disperso y para que quien busque información sobre tal o cual tema, sepa al menos donde puede encontrar esos “rollos perdidos” de historia duranguense, que nos recuerda que el Durango que hoy vivimos es muy diferente al de ayer.

En la presentación introductoria que se hizo, se insertó una serie de películas de diferentes épocas de la vida duranguense, hay una en particular que llamó mi atención y es de un baile, que quisiera suponer, fue filmado en lo que era lo que se conocía como el Club Durango, un lugar donde la sociedad de antaño acudía a bailar y divertirse.

A propósito de esto, recuerdo que mi abuela, Doña Amelia Ávila de Loera me contaba que, cuando regresó a Durango un joven y recién graduado Ángel Sergio Guerrero Mier (quien lamentablemente falleció el pasado fin de semana), el programa de radio que narraba los acontecimientos dentro del citado Club, colapsó ante el acontecimiento, pues además el ex gobernador era el “chico wow” de la temporada y las jóvenes duranguenses peleaban por su atención, todo al ritmo de la canción “Enamorada”, cantada por Armando Blancarte.

Recordar esto es tener presente que lo que vivimos hoy no necesariamente es mejor que ayer, y que nuestra ciudad y estado, en algún momento de su historia, gozó de un esplendor único, pero que en algún momento, se perdió.

Mónica Lozano, presidenta de la AMACC, expuso durante su intervención que, si bien a nivel mundial desde 1910 nació el esfuerzo de la preservación del patrimonio histórico audiovisual, en México nació hasta 1960 en que se fundó la Filmoteca de la UNAM y posteriormente en 1974 con la formación de la Cineteca Nacional. “Aunque la intención de preservar el cine no es nueva, solo en los últimos 30 años se ha generado un esfuerzo global en torno a los archivos. Fue hasta 1992 que la UNESCO lanzó el programa ‘Memoria del Mundo’, pues se entendió que cada obra audiovisual sirve como un reflejo de una sociedad, independientemente de su valor artístico, sea una película documental o simplemente un rollo familiar, las grabaciones también son una radiografía de una cultura en un determinado momento histórico”, dijo.

Como duranguenses mucho tenemos que aprender de las referencias del pasado, pues con base en ese conocimiento y al atestiguar el paso del tiempo de las zonas urbanas y rurales podremos avanzar verdaderamente a un cambio y no retroceder ni dejarnos engañar con esos espejitos ilusorios de falso desarrollo que muchos nos quieren vender.

Twitter: @Fher_Turkita