Por fin se acabaron las elecciones
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
Los últimos dos meses, y como sucede en cada campaña política, se han caracterizado por la pérdida de amigos de toda la vida, pelas con tías, tíos, hermanos, compadres y vecinos, pérdidas de herencia por la afinidad política y debates eternos en los que en muchas ocasiones intentamos imponer nuestra forma de pensar a la de los demás. Sí señores, por fin se acabaron las elecciones para alegría de unos y tristeza de otros, pero al final ya se terminaron. Además de los resultados oficiales, en los próximos días se darán a conocer los informes de fiscalización y sanciones del Instituto Estatal Electoral, así como las impugnaciones y sus resultados. Está claro que la política lo inunda todo, díganme si no, en los últimos treinta días por todas partes se podía ver propaganda electoral. Por fin se terminaron las elecciones. La gente ha reflexionado, la gente ha discutido, ha refunfuñado, la gente ha soltado las frases de siempre de “si da igual por quien votes, todos te van a robar”, o “total para qué, si luego mienten todos”, y la gente de todas maneras ha votado. Ahora vienen los meses de los pactos, las negociaciones, las promesas incumplidas y los “dónde dije digo, digo Diego”. Y luego más frases hechas: “Disfruten lo votado”, “tenemos lo que nos merecemos”, “lo llego a saber y ni salgo de casa el domingo…”. Finalmente es difícil ponernos todos de acuerdo. Si no podemos ponernos de acuerdo en cosas simples, en cosas serias como la salud, la educación, en si ponemos un semáforo así o si pintamos la calle asá. Por eso yo no soy político, porque me pondría muy nervioso no poder entenderme con todos. El pueblo no se equivoca nunca. Hay quien, cuando pierde unas elecciones, dice que el pueblo es tonto; y cuando las gana, que el pueblo es listo. Yo no creo ni en una cosa ni en la otra. Los pueblos son libres y votan libremente y más en el caso de Durango. Ya han terminado las elecciones, esto lo sabemos todos, pero el analista jefe de una importante gestora a propósito de los vaivenes políticos y de las trenzas que hilan unos y deshilan otros, le llama a este periodo el caos político en busca de bolsas de votos. Este personaje dice que a su institución llegan clientes buscando seguridad en valores seguros de la Bolsa. Un doble error pues ni la Bolsa es segura ni hay valores seguros en la Bolsa. La seguridad en el mundo de la inversión no existe. Incluso las cajas de seguridad no son seguras, como ya hemos visto en varios episodios de atracos, incendios, desvalijamientos y demás. Algunos clientes se han empeñado en que los valores que dependen del Gobierno son los más seguros, porque están regulados. Ese es precisamente el error grave. El Gobierno de hoy no es el Gobierno de mañana ni el de mañana es el de ayer. Los políticos acostumbran a deshacer lo hecho antes y, al revés. Este domingo que pasó se votó por convicción, con esperanza y con ilusión. Ahora lo que sigue será restablecer la economía, el trabajo y la armonía después del estancamiento que traen las elecciones, y posteriormente establecer un Gobierno competente que dé garantías, progreso y bienestar a todos los duranguenses. Las elecciones municipales del pasado 2 de junio, deben traducirse en un gran acuerdo social, en el que todo el mundo se sienta representado.
Email:[email protected]