PUERTA INTERIOR… Mostrar la piel
Por: Norma Huizar
Gaby Vargas, una de las mujeres más reconocidas en manejo de imagen dice que entre más piel muestras en tu forma de vestir, menos credibilidad tienes.
La última vez que fui a un baile, llevaba un vestido escotado. Una amiga de mi madre exclamo molesta: “Que sea la última vez que vas vestida así, eres una funcionaria”.
Al llegar al baile, mi escote era recatado y pudoroso comparado con el de otras mujeres jóvenes y de mi edad.
Si bien no vamos a la oficina en minifalda y top, la verdad, es que ahora la vestimenta es más relajada en el ambiente laboral, en la calle y en todos lados.
Un ejemplo: vi una secretaria con un sostén cuyos tirantes delanteros se veían sin pudor. Tengo uno igual, y no muestro los tirantes. Supongo que es cuestión de gusto.
Mi madre, era una mujer que de repente usaba ligeros escotes. La mamá de una amiga de la primaria, le prohibió juntarse conmigo por la manera “poco recatada” de vestir de mamá.
<Un día, se le ocurrió ir a una junta de padres de familia con un botón de la blusa desabrochado>.
El cantante Alberto Cortés en una ocasión comentó que él vestía muy sobrio en sus presentaciones. Siempre de negro. Porque quería que el público se fijara en su interpretación y en la letra de las canciones, no en su vestimenta.
Hoy cada quien puede elegir como vestirse. Para la oficina, el hogar, el gimnasio, una fiesta, una cita y demás. Más allá de la percepción que tengan de nosotros, lo importante es sentirnos cómodos con la forma en que nos vemos.
A muchas nos encantan los escotes, pero también es cierto, que algunas miradas incomodan. Qué decir lo que se puede gastar en ropa, para no lucir un atuendo igual dos veces, o para no ponerse el mismo vestido que la compañera de al lado o la vecina.
Los hombres egocéntricos dicen que si enseñamos es para que ellos vean, nunca piensan que nos vestimos y arreglamos para nosotras.
Eso sí, la mayoría de “ellos” siempre supondrán, que si vamos escotadas pretendemos seducirlos, creen que nuestro mundo gira a su alrededor.
Ahora con la pandemia nos percatamos de lo que gastamos en ropa. Lo que se ahorramos al no salir a “bobear” en las tiendas. Por eso cayó la economía tan drásticamente, mientras un hombre compra un traje por año, nosotras compramos un vestido para cada evento importante durante ese mismo lapso.
Lo que si deberíamos evitar es permitir continuar siendo cosificadas para vender un producto, anunciar el clima, etc.
Enseñar no es bueno ni malo, pero no dejemos en el olvido el lado seductor que tenemos las mujeres, nuestra intuición e inteligencia.
Twitter: @_NormaHuizar_