Por: Dionel Sena

El rumor de que el duranguense Manuel Espino Barrientos pudiera regresar a su terruño enfundado como «superdelegado» de los programas federales de la “4T”, cada día cobra más fuerza, pues se le ha visto caminando de manera recurrente por los pasillos de Palacio Nacional y ya se confirmó -en medios nacionales- que a más tardar el 15 de septiembre dejaría su responsabilidad como secretario de gobierno en Naucalpan, lo que lo haría elegible para asumir cualquier otra responsabilidad y la «superdelegación» referida está “acéfala”, pues más allá que Gabriel García mandó a un interino, poco o nada se ha sabido de él, pues todo indica que le gusta mantenerse en un perfil bajo, aunque el hecho de que aún no se haya reunido con el titular de la Secretaría del Bienestar a nivel estatal, Jaime Rivas Loaiza, indudablemente que ya raya en el extremo.

El también empresario -de aceptar la oferta- se estaría convirtiendo de la noche a la mañana en uno de los aspirantes naturales a la gubernatura en el 2022 por Morena, lo que seguramente tiene inquietos a otros personajes de la palestra estatal que en definitiva no tienen los arrestos ni la trayectoria del referido político, mismo que no por nada, presidió al PAN en lo nacional no hace mucho y que en cada elección presidencial ha sabido para dónde jugar con su movimiento “Ruta 5”, por ello, el pensar que pudiera regresar a Durango -de donde nunca se ha ido-  no suena tan descabellado como muchos pudieran sugerirlo, pues si alguien aprovecharía una vitrina semejante para catapultar su  carrera política en la tierra que lo vio nacer, es justamente Espino Barrientos, el cual en materia de política se las sabe de todas todas y esa capacidad nunca ha estado en duda.

Lo más seguro es que su presencia recurrente en Palacio Nacional obedezca a que ya se está hablando de esta posibilidad, lo cual de llegar a ser cierto, es casi un hecho que ese diálogo lo está teniendo con el mismísimo Presidente, pues se duda mucho que acepte intermediarios en una negociación semejante, sin embargo hay que esperar a que el anuncio se dé de quién lo tiene que oficializar, pues hasta ahora esta versión no deja de ser un rumor, mismo que si bien es cierto invita a la especulación y al análisis, es innegable que de la misma manera pudiera terminar en Sonora, en donde dejó muchas amistades importantes y que para López Obrador sería un interesante contrapeso para el Gobierno de Claudia Pavlovic, una posibilidad que de igual manera ahí está.

Nos aseguran que si Manuel Espino decide convertirse en «superdelegado» de los programas federales en Durango, terminaría opacando a cualquier otro liderazgo de Morena, pues no sólo tendrá ante sí la posibilidad del manejo financiero de programas como: «Apoyo a Adultos Mayores», «Sembrando Vida» o el de «Jóvenes Construyendo el Futuro», sino que también, le daría una plataforma que se duda mucho vaya a desperdiciar, lo que lo podría convertir en un referente en el corto o mediano plazo de esa marca, y que en definitiva rebasaría lo que habían hecho hasta hoy un Gonzalo Yáñez, Otniel García Navarro, Marina Vitela  o hasta el mismísimo José Ramón Enríquez Herrera, quienes se verían desplazados por este “animal político”, el cual tiene un colmillo largo y retorcido en estos menesteres, y se duda mucho que desaproveche una oportunidad semejante.

Sin embargo el anuncio está en la cancha de Palacio Nacional y del coordinador nacional de los «superdelegados», Gabriel García, mismos que por ahora, no se han pronunciado al respecto, así que lo recomendable para Espino Barrientos sería esperar, no le vaya a ocurrir lo mismo que a Patricia Ortega, que adelantó su nombramiento y los grupos antagónicos al interior de Morena se encargaron de bajarla… No vaya a ser el diablo.

Twitter: @dionelsena