Por: Dionel Sena

Debido a las presiones que el Gobierno de Estados Unidos está emprendiendo contra su homólogo mexicano para reactivar las cadenas productivas que permitan que la economía y el empleo tengan una recuperación, desde esta semana en Durango, empresarios y sindicatos, sostendrán una serie de reuniones para saber si regresan a laborar a sus empresas unos ocho mil trabajadores de ramos como el automotriz, el aeroespacial e incluso las de manufactura, lo cual de llegarse a aprobar, sería incluso antes de que se decrete el levantamiento de la pandemia, lo que irremediablemente traerá opiniones encontradas y la pregunta insoslayable de que es más importante, si la salud o la economía, algo con lo que seguramente se está lidiando en el resto del país.

Desde luego que las negociaciones no serán sencillas de librar, pues si bien es cierto, los empresarios traen la urgencia y la presión de otros países de reiniciar las líneas de producción, es innegable que quienes llevan mano, son los que representan a los trabajadores en cada una de esas empresas, mismos que lo más probable, es que pidan garantías de salud que evite un contagio masivo de COVID-19 en su planta laboral, un riesgo que al parecer no tendrán de otra que correrlo, pues no es ningún secreto que el desempleo y la falta de dinero en las miles de familias que dependen de esa actividad, es una constante desde hace prácticamente un mes, tiempo durante el cual, dichas factorías están detenidas y lo más probable es que sean reactivadas, más allá de que el riesgo sea mayúsculo en el rubro sanitario.

Más allá de lo que lleguen a convenir sindicados y empresarios, la última palabra la tendrá la autoridad estatal y federal, pues ambas instancias deberán aprobar una reapertura de esas compañías, a sabiendas de que hay una disposición nacional de que toda actividad no esencial deberá estar detenida hasta nuevo aviso, por lo que resultaría poco viable que trabajadores y empresarios, acuerden regresar a laboral y pasarse por alto las facultades de ambas instancias de Gobierno, de ahí la importancia de que lo que se acuerde en dichas reuniones sea «palomeado» por las distintas secretarías del trabajo, caso contrario no servirán de nada.

Claro que en lo nacional, el Presidente ya tiene mucha presión de los grandes empresarios de reactivar la economía, incluso hay quienes dicen que será aún más dañina la falta de empleo que el Coronavirus mismo, por lo que no sería extraño que aunado a la presión que está infringiendo Donald Trump sobre Andrés Manuel López Obrador para reactivar las cadenas productivas en las que ambas naciones tienen relación, es casi seguro que dicha reactivación se dé antes de que concluya el mes de mayo, máxime por qué hay entidades en donde la pandemia no ha pegado como en otras y una de ellas es justamente Durango, que se ubica en el penúltimo lugar nacional en cuanto al número de casos detectados, por lo que sin importar lo que diga Hugo López Gattell, es casi seguro que las empresas abrirán otra vez y poco a poco se irá retomando dicha actividad económica, aunque claro, siempre bajo el riesgo de que la pandemia que azota al país eche abajo todo lo que en lo nacional y lo local pueda haberse pactado.

Twitter: @dionelsena