Por: Dionel Sena

Durango está a punto de vivir días claves en la búsqueda de un presupuesto digno para el 2020, el cual deberá construirse ni más ni menos que en la Cámara de Diputados, en donde enfrentará distintas vicisitudes, por ejemplo, que en el proyecto de presupuesto viene una reducción significativa de varios miles de millones de pesos; que sus legisladoras están pensando más en la grilla sobre quién deberá ser el «superdelegado» que en gestionar más recursos para quienes votaron por ellas en el 2018, y para colmo de males, en una “herencia” presupuestal del orden de los tres mil 500 millones de pesos que lacera su economía desde hace ya varios sexenios atrás, de ahí la importancia de que no sólo se gestionen recursos, sino que también se termine de una vez por todas con la carga que representa pagar la nómina magisterial, lo cual -hasta donde se sabe- no ocurre en ningún otro estado del país.

Hace no mucho, alguien tuvo la idea que el Gobierno estatal podía absorber dicho gasto sin mayores problemas, fue en los tiempos en que Elba Esther Gordillo mandaba en el SNTE y que podía manipular a gobernantes, sus “tentáculos” llegaron hasta Durango y a partir de aquel entonces las autoridades deben lidiar con ese gasto, mismo que incluye además del sueldo de miles de maestros en toda la entidad, también el pago de sus prestaciones de fin de año, los llamados quinquenios, de los cuales por cierto hay un atraso considerable y es algo que le quita el sueño ni más ni menos que al mismísimo Rubén Calderón, titular de la Secretaría de Educación, el cual tuvo que pasar saliva -por ese pendiente- en su última comparecencia ante el Congreso del Estado.

Por lo anterior, fue el propio Esteban Villegas Villarreal, como Presidente de la Junta de Coordinación Política del Poder Legislativo en Durango, quien propuso que dentro de las gestiones en torno al Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año, también se proponga la eliminación de los tres mil 500 millones de pesos, con los que aún carga el estado, y que le dan poco margen de maniobra para utilizar dicho presupuesto en obra pública, creación de infraestructura, etcétera, etcétera, por lo que lo idóneo sería que la Federación lo absorbiera, como ocurre con el resto de las entidades, donde los Gobiernos de los estados no tienen que preocuparse por el pago al magisterio, mismo que todo lo tiene que ver con el Gobierno federal, lo que oxigena las finanzas de cualquier estado, y eso es lo que debe buscar Durango, más allá de que se quede el proyecto de presupuesto como originalmente se presentó en San Lázaro, pues el quitarle la carga de los tres mil 500 millones indudablemente que le daría mayor margen de maniobra.

Claro que la propuesta no faltará quien la tache de idealista, pues difícilmente un Gobierno federal accederá a quedarse con una herencia presupuestal cuando ya la absorbe alguna entidad, sin embargo, de que sería uno de los mayores logros en la historia de Durango -en materia de gestión- eso es indudable, ahora sólo falta que lo astros se alineen a favor del gobernador, que seguramente será quien cargue con la mayor parte de esa gestión, y que las diputadas federales le metan el hombro llegado el momento, aunque como es tan poco lo que han gestionado para esta entidad desde que ocupan un escaño en la cámara baja, lo más seguro es que esa situación no varíe y se mantengan en las mismas, aunque claro, acá vienen y dicen otras cosas, pero en los hechos no hay alguna gestión suya que no sea del Presidente o de alguien más por las que se les recuerde, y si es así la misma no se ha difundido.

Twitter: @dionelsena