Por: Dionel Sena

Aún no termina por confirmarse su llegada a Durango como «superdelegado» de la «4T» y Manuel Espino Barrientos ya empieza a recibir señales de “pleitesía” por parte de “amlovers” y “cuatroteistas”, los cuales, en su mayoría, tratarán de transitar con el que se convertirá en su líder político, para así buscar posiciones en el 2021 y en el 2022, sin embargo hay que avisarles que quien fuera presidente nacional del PAN -no hace mucho-, es un viejo lobo de mar y se las sabe de todas todas, por lo que será difícil que le endulcen el oído blofeando o con adulaciones, pues lo más seguro es que si eso pasa, los manden a la cola o de plano no los tomarán en cuenta, pues se sabe que Morena vale lo que vale por Andrés Manuel López Obrador, y aún hay tiempo de proyectar cuadros que realmente se identifiquen con esa marca y no “cartuchos quemados” que abundarán una vez se vaya acercando el tiempo de las definiciones.

Queda claro que el nombramiento de Espino Barrientos aún no se hace oficial por parte de las instancias que lo deben hacer, sin embargo las señales hasta ahora indican que así será, pues ya renunció a su responsabilidad en Naucalpan y todo apunta a que ahora sigue asumir la responsabilidad como «superdelegado» en Durango, lo que aún hay quienes piensan que no se dará, por lo que habrá que esperar, sin embargo, la única forma en que esa negociación no se concrete, es porque el directamente implicado así lo pida, es decir, que solicite otro espacio en la administración federal o se vaya a dirigir los programas sociales de la «4T» a Sonora o a Chihuahua, entidades en las que también sería elegible por el tiempo que vivió en ambas, al menos ese es otro de los rumores que se corren, aunque lo más seguro es que sean menos viables que la primera versión.

Se supone que será en cuestión de días -quizá horas- que Manuel Espino asuma la «superdelegación» en Durango que en honor a la verdad, ha pasado inadvertida por los tres que la han dirigido, pues poco o nada se ha sabido de sus resultados o el trabajo que han realizado en el estado, al grado de quien relevó en el cargo a Gustavo Pedro Cortés, que a su vez hizo lo propio con Enrique Novelo, no ha querido siquiera reunirse con autoridades de los otros dos niveles de Gobierno, y mucho menos ha dado entrevistas a los medios de comunicación, lo que francamente da de qué pensar, es decir, parece que lo mandaron sólo para rellenar el espacio en lo que en México se decidía por el que realmente se quedaría, que en este caso parece más que cantado que será el sonorense-duranguense, mismo que lo más seguro es que una vez se concrete su llegada, buscará imprimirle su sello a su gestión.

Sería ingenuo pensar que Espino Barrientos sólo venga a Durango a hacerse cargo de la «superdelegación» sin tener aspiraciones políticas rumbo al 2022, pues conociendo su trayectoria y bagaje, lo más seguro es que esos acuerdos ya los haya pactado directamente con quien despacha en Palacio Nacional, lo que terminaría con los sueños guajiros de varios que aún pensaban abanderar la causa de Morena en la sucesión gubernamental, por lo que no les quedará de otra que unirse al proyecto del nuevo secretario del Bienestar, mismo que aunque tendrá a su disposición todo el presupuesto federal destinado para Durango, son recursos etiquetados que no dan margen de maniobra, aunque el juego político que tendrá será único e inigualable.

Twitter: @dionelsena