Por: Dionel Sena

En plena contingencia del COVID-19, una noticia trascendió el domingo pasado que no acaparó las primeras planas de los periódicos nacionales y tampoco, los titulares de los principales noticieros radiofónicos y televisivos de este país, nos referimos al caso de Lydia Cacho, misma que -entre otras cosas- sufrió tortura por órdenes del exgobernador de Puebla, Mario Marín y por el empresario Kamel Nacif a quienes la periodista desnudó a través de distintas publicaciones.

Este mismo caso, como los involucrados en una red de pornografía infantil y que quedó plasmada en el libro «Los Demonios del Edén», a quienes a pesar de que no se sabe en donde están, ya Santiago Nieto Castillo ordenó que sus cuentas fueran congeladas, lo que no deja de ser un avance en ese añejo caso.

Es importante hacer hincapié en que ambos personajes, se encuentran prófugos de la justicia por el delito ya señalado, mismos que quizá, no habían sido bien buscados con la energía debida, pues aún podían disponer -en donde quiera que estén- de la fortuna que amasaron a partir de distintas artimañas legales, como puede ser la evasión fiscal y lavado, de lo cual, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ya los está acusando, para lo que ya amplió dicha solicitud ante la mismísima Comisión Nacional Bancaria y de Valores, pues por ejemplo, el «gober precioso», como también se le llegó a conocer a Mario Marín, tiene distintas cuentas en el mismo número de instituciones bancarias, mismas que seguramente, ya fueron congeladas a sus familiares más cercanos.

e sobreentiende que con esta medida, Nieto Castillo está buscando descapitalizar a la familia del exmandatario poblano, misma que seguramente al disponer de esas cuentas bancarias, le permitían a su pariente a través de ese «financiamiento», mantenerse a salto de mata, lo que ya no deberá ocurrir a partir de estas medidas, pues lo más seguro, es que Marín se encuentre aún en territorio nacional y al ya no estar apoyado económicamente, puede que en el corto plazo, salga de su madriguera junto a quien fuera su socio, quien seguramente se mantuvo oculto gracias al dinero que sus familiares también le proveen, aunque en su caso, si pudiera estar en otra nación, lo cual suena lógico, por sus orígenes.

Se debe recordar que al «Rey de la Mezclilla» como también se le conoció a Kamel Nacif, le habría pedido a su amigo, el exgobernador poblano, enviar a algunos de sus funcionarios para que detuvieran a la periodista en Quintana Roo, en represalia por haberlo exhibido en aquella red de pederastia. Lo que al final consiguieron, no sin antes torturarla, a partir de lo cual, Lydia Cacho intentó, a través de distintos tribunales, que se hiciera justicia y lo que obtuvo, fue que se liberaran sendas órdenes de aprehensión en contra de los involucrados y los distintos policías que participaron en su captura y posterior tortura, por lo que todo indica que en tiempos de la Cuarta Transformación, ahora sí le hará justicia la revolución, al menos ésa es la intención que se ve.

Twitter: @dionelsena