Por: Dionel Sena

A partir que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, decidió subir a la agenda todo lo que pasara con su aliado Evo Morales, en Bolivia, prácticamente pasaron a un segundo plano los frentes que quien despacha en Palacio Nacional había abierto con medios de comunicación, e incluso miembros del Ejército, pues todo se centró, desde ya algunos días, en lo que pasará con el ahora asilado político, en lo que se duda mucho que haya sido planeado, es decir, como una “caja china” para dispersar la atención de lo realmente importante en nuestro país, pues por un momento lo de Evo fue más importante que lo de Avispe, Culiacán, o cualquier hecho de sangre que le haya representado un factor de crisis a la «4T», pues por ahora, de lo único que se habla es de la decisión diplomática que se tomó y todas las repercusiones que ello le pueda traer a nuestro país.

El problema es que lo del expresidente de Bolivia pronto quedará atrás y se retomarán los temas que ya desde Palacio Nacional se querían evadir, tal es el caso de la masacre a la familia LeBarón o los temas inconclusos del caso de la liberación del hijo menor de “El Chapo” Guzmán, a partir de lo cual se han dado manifestaciones de exmandos militares que calaron hondo en el círculo más cerrado del tabasqueño, al grado que el Jefe de la Secretaría de la Defensa Nacional ha aparecido muy poco en público, lo que habla de la molestia del Ejecutivo de que su comandante no lo haya defendido en aquel episodio que después conllevó a sugerir que le querían infringir un golpe de Estado, como el que sí ocurrió con Evo Morales, al tratar de reelegirse por cuarta ocasión.

El hecho de que se hayan dispuesto de recursos públicos para mandar un avión de la Fuerza Aérea hasta sudamérica y traer a Evo Morales a nuestro país, indudablemente que despertó el malestar de muchos, pues la acción como tal contradice completamente el discurso de austeridad de quien despacha en Palacio Nacional, por más que se justifique que la vida de un aliado estaba en peligro, pues se actuó con tal prontitud y eficacia, que en Avispe, Sonora; Culiacán, Sinaloa, o Aguililla, en Michoacán, hubieran envidiado una respuesta tan pronta como la que sí se dio en Bolivia, pues el caso Evo se convirtió en una prioridad nacional, aunque la gran mayoría no tenga la menor idea de cuál es el beneficio que le traerá a Mexico el aislar a un personaje al que obligaron a dimitir a su cargo; aunque claro, hay otro sector muy importante que avala la decisión que tomó el Presidente, recordando que nuestro país, históricamente, se ha distinguido por tenderle la mano a un amigo cuando así lo necesita.

De esta manera México se convierte en una de las naciones que repudia el golpe de Estado que se le infringió al expresidente de Bolivia, y por ende, respaldan la gestión de Evo Morales, tal es el caso de Nicaragua, Uruguay, Cuba, Venezuela y Rusia, sin embargo, es en nuestra nación en donde habrá de vivir el sudamericano y en donde al parecer, no le va a faltar nada, incluso dijo el depuesto expresidente que regresará a su país aún con más fuerza, aunque eso será difícil que se dé, no por nada fue sacado de allá antes que fuera aprehendido o algo peor, lo cual él lo sabe mejor que nadie, pues no ha tenido empacho al asegura que le salvamos la vida junto a algunos de sus más cercanos colaboradores; ya se verá cuáles son las repercusiones de tal decisión, pero de que sirvió como distractor a lo que estaba en la agenda nacional, no hay la menor duda… aunque claro que habrá quien lo niegue.

Twitter: @dionelsena