Por: Hermann Linden

Hoy, 15 de agosto, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas (Faderycipol) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), llega a su 163 aniversario y vale la pena recapitular sobre la historia, presente y futuro de esta entidad educativa, ya que continúa siendo referente de pasión universitaria, cuna de rectores, gobernantes y magistrados, que a su senda por los pasillos y aulas han dejado un legado disciplinario y han cargado un estandarte de calidad educativa.

El génesis de esta institución juarista se remonta al antecedente educativo del Colegio Civil, que abrió sus puertas el 15 de agosto de 1856 en el edificio de la calle Negrete número 700 y que se trasladó al hoy edificio Central en el año de 1860, una vez clausurado en el año de 1859 el Colegio Tridentino. Su lema original fue «virtuti et merito». El Colegio Civil abrió sus puertas con dos escuelas: La Preparatoria y la de Derecho.

En el surgimiento del Colegio Civil, en 1856, se crean los estudios profesionales de jurisprudencia. Con las cátedras de jurisprudencia se inician los estudios de la profesión de abogado.

Con el paso del tiempo y las transformaciones que experimentó el Colegio, al convertirse en Instituto Juárez y a la postre, en Universidad, los estudios de Jurisprudencia fueron creciendo y con ese desarrollo se conforma la Escuela de Jurisprudencia, que luego fue Escuela de Leyes y posteriormente tomó el nombre de Escuela de Derecho.

Fue hasta 1986, durante el rectorado del abogado José Hugo Martínez Ortiz, cuando tomó el rango de Facultad de Derecho, al contar con un posgrado incipiente que se reforzó a finales de la década de los 90 bajo la visión científica del doctor Máximo N. Gámiz Parral; que al día de hoy cuenta con especialidades, dos maestrías y un par de doctorados, uno de los cuáles cuenta con el reconocimiento del programa nacional de posgrados de calidad.

A partir del 2009, la Facultad de Derecho también oferta la carrera de Ciencias Políticas, que si bien ya cuenta con edificio propio, el recién llegado director, el doctor Rafael Mier Cisneros, se ha comprometido en consolidar esta licenciatura, poniéndose como meta su acreditación como programa de buena calidad y con su oferta de posgrado; dicha postura ha sido bienvenida como un parteaguas por el estudiantado y el cuerpo docente de dicha licenciatura, y es que aunque cada administración ha dejado su herencia, las aspiraciones de las presentes generaciones son demandantes y requieren de un compromiso y ocupación que supere los esfuerzos realizados en el pasado.

El próximo lunes se tiene programada una emotiva ceremonia en los pasillos centenarios del edificio Central de la UJED para recordar esta fecha conmemorativa. El actual rector, Rubén Solís Ríos, se ha ocupado por rescatar los valores de la identidad universitaria, como fue el acto en el que se recordó a don Ángel Rodríguez Solórzano.

Soy universitario, por mis venas corre sangre juarista pues mis padres, mis tíos y primos son profesores y egresados de la Universidad y me han contagiado de su pasión por nuestra máxima casa de estudios, que hoy ha tomado un nuevo aire, un rumbo promisorio y con libertad. Bien por eso, porque ya quedó atrás aquel sexenio que mantuvo oprimida y en el oscurantismo a la institución que por siempre llevará el nombre del «Benemérito de las Américas».