SIN GRILLETES… La oclocracia morenista
Por: Hermann Linden
“Oclocracia” proviene del griego ochlo, que significa multitud, y kratos, entendida como poder o Gobierno. La Real Academia Española la define como: Gobierno de la muchedumbre o la plebe… para el historiador griego Polibio, quien la acuñó, oclocracia es pues, la tiranía de las mayorías incultas y el uso indebido que hacen de la fuerza, para obligar a los gobernantes a adoptar políticas, decisiones o regulaciones desafortunadas; una forma de Gobierno similar a la demagógica. Mientras que, la democracia es el Gobierno del pueblo que con la voluntad general legitima al poder estatal.
Pero para realmente explicar un sistema oclocrático, es necesario que el estilo de Gobierno se asocie con justificaciones de “necesidades” de las multitudes (pueblo sabio), deben existir elementos de comunicación irracional, apelando a sentimientos y nacionalismo, utilizando el miedo; tenemos que encontrar dádivas y repartición de bienes como formas de ejercer justicia, linchamiento, dejar las decisiones a encuestas en las que se privilegie el “bien común”, ¿le suena familiar?
La pasada semana se vivieron 2 momentos en los que Morena demostró que la democracia simple y sencillamente no es una de sus prioridades; quizá para algunos este tipo de desplantes ya no sean sorpresivos, pero somos muchos otros que no dejamos de impresionarnos por las muestras de incivilidad política, desorden y anomalías en las que participa este “partido” político. Se llevaron a cabo sus asambleas distritales para la elección de delegados, sin embargo, en un despliegue de ilegalidad y en total desorden, se “reventaron” cerca de 20 asambleas en distintos estados de la república; empujones, gritos, golpes, robos de papelería y hasta balazos, fueron algunos de los motivos por los cuáles se tuvo que posponer hasta nuevo aviso. Se dicen muchas cosas, y por citar algunas, hay quejas de que como en aquellos tiempos del PRI hegemónico, aquel que lograba milagros como los votos de ultratumba, en las asambleas de Morena se “inflaron” los padrones; también hay quejas de pagos y acarreos de grupos de personas por parte de las autoridades municipales, para lograr imponer los perfiles afines. El caso es que, aunque Yeidckol Polevnsky trate de darse baños de pureza prometiendo su renuncia de comprobar las ilegalidades, estoy seguro que, a más de uno nos pasó por la memoria aquellas asambleas del cuasi extinto PRD, donde se daban hasta con la silla.
No podemos dejar pasar la consulta del “Bonillazo”, porque Baja California está en la víspera de convertirse en el arquetipo de la oclocracia morenista; el pasado domingo llevaron a cabo otra consulta popular (de esas a modo que se están haciendo costumbre), para poder validar si se extiende el periodo gubernamental de Jaime Bonilla Valdez de 2 a 5 años, ¿qué diferencia hubo? Una en especial, el Presidente coincidentemente estuvo en aquel estado, al cuestionarle, escuetamente dio respuestas ambiguas y cual Poncio Pilatos se lavó las manos; otro detalle fue que en un evento al que acudió con el aún gobernador Kiko Vega, los asistentes hicieron gala de sus sonoros abucheos y AMLO ni se inmutó, simplemente dejó que la multitud se desahogara contra el político panista. En distintos medios nacionales se informó que más del 70 % de los bajacalifornianos aprobaron la extensión de Bonilla, sin embargo, el dato real es que soólo votó en esa consulta el 1.9 % del padrón electoral, el cual se conforma de dos millones 811 mil ciudadanos, por lo que es difícil pensar otorgarles ese poder de decisión a poco más de 50 mil ciudadanos del pueblo sabio. ¿Estaremos o no, viviendo una oclocracia?