Un 17 de abril de 1695 muere la musa eterna de México, Sor Juana Inés de la Cruz, a causa de la epidemia de la peste en el Estado de México. Fallece a los 43 años pero su recuerdo será infinito.
Considerada la primera gran poeta hispanoamericana escribió sonetos que aún en la actualidad podemos utilizar para describir la realidad del mundo.
Sor Juana vivió en una época restringida excesivamente para la mujer, donde su único destino era ser monja, madre o prostituta.
La mujer no tenía acceso a libros, ni se le estaba permitido estudiar, a menos de que fueran textos religiosos y Juana sabía que la única manera era siendo parte del clero.
La religión era un sector importante para la sociedad de la Nueva España, De la Cruz comenzó a relacionarse con figuras altas de la corona y consiguió publicar sus textos, causando conmoción pues se consideraban inapropiados, eso era el comienzo del feminismo en México.
Tachada de rebelde, lesbiana e impura la católica decide enfocarse en preservar el convento y su biblioteca, ayudar a la economía, escribía en sus ratos libres pues creía la mujer podría ocuparse en diferentes aspectos y no solo el permanecer encerrada.
Su disciplina se refleja en cada una de sus palabras donde habla del amor, odio, anhelos y hasta de política, desprestigiando la realidad en que vivía.
La figura de Sor Juana Inés de la Cruz ha sido utilizada por los movimientos feministas, fragmentos de sus textos son sus himnos y su historia un ejemplo para salir del patriarcado.
Van 325 años de su muerte sin embargo se ve cada vez más presente en los cambios de la sociedad, la pionera que impulso la literatura mexicana en todo el mundo.
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