- Kahlo, Van Gogh, Picasso, Toulouse, Diego Rivera y Rembrandt, son algunos de ellos.
Juliet Heslewood escribió un libro donde muestra a cuarenta famosos artistas que durante su carrera de pintores retrataron a sus madres, hoy recordamos a algunos de ellos en el marco de la celebración del día de la madre que se conmemora en México, este 10 de mayo.
En el libro de Heslewoode, se recopilan pinturas de los más famosos y recordados pintores de todo el mundo, Picasso, Frida Kahlo, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Diego Rivera o Rembrandt son algunos de los grandes pintores que practicaron su arte al hacer retratos de sus propias madres.
Su libro combina historia con anécdotas biográficas y psicología, para mostrar las relaciones entre hijos y madres; así como también la maternidad de sus esposas. Picasso, Rembrandt, Rivera, Rossetti, Van Gogh o Frida Kahlo son parte de esos 40 artistas.
La descripción del libro hace un análisis de la evolución de este tipo de pintura que comienza con una relación única e íntima. No se habla de una madre cualquiera, sino de la madre del artista. Una deliciosa combinación de historia del arte y anécdotas biográficas que constituye, además, una elegante celebración de las intensas relaciones entre hijos, hijas y madres.
¿Por qué los artistas retratan a sus madres? ¿Porque está ahí, es una modelo disponible y dispuesta? Tal vez porque tiene un rostro interesante que merece la pena plasmar. Los retratos constituyen un tema pictórico desde hace siglos, por razones muy diversas, pero las madres -como temas de los retratos creados por sus propios hijos- merecen un estudio más detenido. Las madres aparecen retratadas en muchas ocasiones con un realismo honesto, incluso brutal. Rara vez se pintan jóvenes.
La fisonomía de una mujer mayor tal vez no sería lo que a ella le gustaría ver en el espejo, pero el artista está preparado para revelar la verdad de los cambios de la naturaleza (aunque el rostro pertenezca a su progenitora). La desagradable realidad de la muerte también tiene su papel en los retratos de las madres. Imaginamos con cierta alarma el deseo del artista de captar la imagen de una madre moribunda o incluso muerta.
Frida Kahlo, la mexicana pintó a toda su familia en el cuadro “Mis abuelos, mis padres y yo”, y a su madre dándole a luz en el turbador óleo “Mi nacimiento”. Aunque Matilde Kahlo y su hija tuvieron una relación descrita como “ambivalente”, fue ella quien, cuando Frida sufrió un accidente que la tuvo en cama durante meses, pidió a un carpintero que le preparase un caballete para que pudiera pintar.
Vincent Van Gogh, pintó a su madre, Anna Carbentus a partir de una foto en blanco y negro. A pesar de la relación tensa que mantenía con su familia debido a su vida de artista, Vincent decidió hacer retratos dedicados a ellos. En una carta a su hermano Theo, Van Gogh escribió, “Estoy haciendo un retrato de la madre para mí. No puedo soportar la fotografía incoloro, y yo estoy tratando de hacer una en una armonía de color, tal como la veo en mi memoria”.
Pablo Picasso.- La huella que dejó María Picasso López fue clave en la vida del artista. Casi siempre de perfil, cosiendo o leyendo; de esta manera es como el joven Picasso acostumbraba a dibujar y a pintar a su doña María. “Cuando era pequeño mi madre me decía: si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a Papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso”.
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